Profesor de Sociología en la Universidad Rey Juan Carlos

J. M. CEINOS

Pedro García Bilbao (Vigo, 1961) es sociólogo y profesor de Sociología en la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, así como vocal de la junta de gobierno del Ateneo de la capital de España. Invitado por la Asociación José Maldonado, mañana, a las 19.30 horas, en el Centro de Cultura Antiguo Instituto, participará, junto al abogado gijonés y presidente del Ateneo Republicano de Asturias, Francisco Prendes Quirós, en un debate que lleva por título «El republicanismo español como respuesta».

-¿La «cacería real» en el África austral ha puesto de moda la República?

-La República ya estaba de moda en España; es independiente de los gustos cinegéticos de los Borbones. El incidente del safari lo que puso de manifiesto fueron los problemas que nacen de la existencia de una magistratura, como es la Monarquía, que es independiente de todo control democrático. Es decir, si hubiera sido un presidente de la República, se hubiera visto obligado a la dimisión o a dar explicaciones en sede parlamentaria de su actuación, pero la existencia de una Monarquía, incluso como la que nosotros tenemos, impide que el control democrático obligue al jefe del Estado a dar cuentas y a ser sancionado si hizo algo negativo.

-¿Tras el asunto cinegético africano se levantó la veda contra el Rey?

-Creo que este hecho es la gota que rebosa el vaso y que está llevando a ciertos sectores de la vida política y económica dominantes a cuestionarse la viabilidad de la Monarquía. Si la Monarquía provoca divisiones en el conjunto de la población, pierde virtualidad como la tapadera que permite el funcionamiento de todo el sistema. En otras palabras, la Monarquía está ligada al mantenimiento de la estabilidad política y económica dominantes.

-Pla escribió en «Madrid. El advenimiento de la República» que fueron fuerzas de derechas que antes habían apoyado a la Monarquía quienes derribaron del trono a Alfonso XIII...

-Si por actuaciones personales de la familia Borbón se pone en riesgo la estabilidad de sistema, serán no solamente los sectores democráticos o populares los que cuestionen la Monarquía, que ya lo hacen hace tiempo, también incluso personas y grupos que forman parte del apoyo natural a la Monarquía. El incidente de la caza lo que pone de manifiesto es que la Monarquía existe en España debido a que juega un determinado papel, pero si ese papel lo rompe por las tonterías de una de las personas de la familia Borbón, pues entonces ese papel es cuestionado, pero no sólo por los que quieren la República ya hace mucho tiempo, también por aquellos que se han servido de la Monarquía para mantener los privilegios del franquismo, de los que aceptaron la transición a cambio de que no se cuestionara su posición de privilegio.

-¿En estos momentos, a quién debe temer más la Corona, a la izquierda o a la derecha?

-Hay un sector de la derecha que está valorando si les conviene o no mantener la Monarquía, por eso es tan importante para las fuerzas democráticas que el debate sobre la Monarquía no sea simplemente superficial, tiene que ser sobre el futuro real de la democracia y de las libertades y los derechos ciudadanos, y Cayo Lara, por su parte, parece proclive a una «Monarquía sostenible».

-Pero como sociólogo comprenderá que la sociedad española, presa del pánico por la hecatombe económica, no está para debates sobre Monarquía o República...

-Ciertamente, lo que preocupa en este momento son los recortes, el despido, la pérdida de derechos... La angustia es ahora algo muy cercano, pero en ese debate el asunto de la República puede parecer lejano, pero cómo podemos luchar contra los recortes y salir de la crisis si no es con un Estado que se comprometa a defender las libertades y los derechos de los ciudadanos. Es utópico suponer que vamos a vencer en la lucha contra la crisis y mantener nuestros derechos y libertades sin un Gobierno y un Estado comprometidos con la defensa del bien público, y la República es eso. En este momento, el Gobierno español declara que no tiene margen de maniobra, que han perdido soberanía en relación a Bruselas. O sea, el presidente del Gobierno no puede y no quiere decir públicamente que toda la política económica y social está encaminada a asegurar los derechos básicos de los ciudadanos expresados en la Constitución. Cuestionan que exista el bien público y lo redefinen, dicen que es la suma de los egoísmos individuales. En cambio, en las elecciones presidenciales francesas vemos que todos hablan del bien común y de las instituciones republicanas.

-Y también la extrema derecha del Frente Nacional obtuvo el domingo un 20 por ciento de los votos...

-Ciertamente, pero incluso el Frente Nacional, que es fascista, no se atrevió a sacar el nombre y el rostro del mariscal Petain, que es su inspirador. El fascismo explícito está prohibido en Francia, mientras que en España los defensores de la nostalgia del régimen pasado se permiten el lujo de negarse a la verdad, a la justicia y la reparación a las víctimas, hay una diferencia.