R. G.

Un gijonés acaba de ser condenado a un año y medio de cárcel por robar joyas y dinero en efectivo en casa de su suegra. El Juzgado encargado de estudiar el recurso que en su día se había interpuesto contra la primera sentencia de lo penal, la Sección Octava de la Audiencia Provincial, mantiene que el reo se hizo con un botín de más de 3.000 euros aprovechando que la casa en la que vivía con su novia estaba en obras y tenía que ir a comer todos los días al piso de la madre de su pareja. Los magistrados aseguran en su fallo que el reo «se ausentó de Gijón en cuanto se descubrió el robo y rompió su relación con su novia pese a que iban a contraer matrimonio meses después». El gijonés vendió parte de las joyas robadas en una conocida casa de empeño situada en el centro de la ciudad.

Los jueces imponen además al acusado el pago de una multa de 3.486 euros para reparar los daños económicos y morales que el acusado causó en la familia de la que fuera su pareja sentimental.