A. RUBIERA

Para ahorrar hay que madrugar. Al menos, cuando de lo que se trata es de conseguir libros de texto escolares para el nuevo curso sin hacer más desembolso que la entrega de los correspondientes vales por haber realizado previamente entrega de otros libros ya usados. A ese madrugón y a una buena cola, sólo mitigada por alguna silla plegable, se sometieron ayer varios cientos de gijoneses, a las puertas del Conseyu de la Mocedá, en la avenida de la Constitución.

A las nueve de la mañana daba comienzo la segunda fase del programa de intercambio de libros de texto que desde hace catorce años llevan promoviendo la Asociación Juvenil de Estudiantes Progresistas y la Confederación Asturiana de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos/as. Una segunda fase que supone el inicio de la entrega de libros a quienes ya han cedido los suyos para el intercambio. Pero a las seis y media de la madrugada, cuando llegó a la sede Javier Suárez, presidente del Conseyu y coordinador del citado programa, dispuesto a organizar un poco la jornada, se encontró con que «ya había 40 o 50 personas haciendo cola en la calle, con sillas y todo». Dos hermanas gijonesas que ayer se citaron para lograr los textos de sus respectivos hijos reconocían que «llegamos a las siete y nos dieron ya el número ciento y pico. Aquí había gente esperando desde las cuatro de la madrugada, según decían algunos».

Al final de la mañana, y tras cinco horas de cara al público -desde las 09.00 hasta las 14.00 horas-, fueron 255 las familias atendidas y 1.412 los libros que éstas se pudieron llevar a sus casas. Esas cifras suponen un incremento del 36% con respecto a lo que sucedía el primer día del programa del pasado año. Un año que, como ayer recordaban los organizadores, ya se había cerrado con un salto importantísimo de la demanda, gestionándose en total casi 13.000 libros y resultando beneficiadas más de 3.000 familias.

«Lo que ha sucedido hoy nos puede dar una idea de que es muy posible que este año volvamos a cerrar con un crecimiento grande. Y, sobre todo, es muy significativo de la situación económica que estamos atravesando y que afecta de una forma muy generalizada. Hemos entregado libros a familias numerosas, a hijos únicos, a gente de colegios de la red pública, de la concertada e incluso, por primera vez, de la privada», contaba el coordinador del programa.