La Asociación de Lagareros del Principado de Asturias lanzó ayer una petición al Ayuntamiento de Gijón. Que «levante un poco la mano» y le dé a la sidra un trato especial dentro de la aplicación de las normas de la ordenanza de convivencia cívica. La presidenta de esta organización mantiene que «hablar de sidra no es lo mismo que hablar de "botellón", por lo que tampoco nos tienen que afectar las medidas que se tomen contra el consumo que hacen algunos del alcohol». Los lagareros tratarán de llegar hoy a un acuerdo con el gobierno local, para lo que se ha convocado una reunión que se celebrará en el Ayuntamiento. De esta forma los empresarios intentarán evitar que este fin de semana se repitan escenas como las vividas el pasado viernes y el sábado con la presencia de policías locales en Cimadevilla que impedían a los clientes de los establecimientos del barrio alto escanciar sidra fuera de las zonas delimitadas como terraza, con el consiguiente perjuicio para la venta de sidra y los hosteleros. Una actuación que provocó, aseguran algunos de los implicados, importantes pérdidas para el sector.

«Queremos pedir a Foro que se establezca un control menos fuerte. Entendemos que hay que poner algo por todas las partes, pero no se puede actuar como se ha hecho. La sidra es un producto al que nunca se le han puesto pegas», argumentaba ayer la presidenta de la Asociación de Lagareros, Consuelo Busto, tras una reunión con varios empresarios del sector que se celebró en Villaviciosa. Para esta portavoz el consumo de sidra no debería estar sancionado ni por ser ésta una bebida alcohólica ni por la suciedad que el escanciado puede generar en la vía pública. Un argumento, este último, que utilizó el fin de semana en varias ocasiones la Policía Local para impedir el consumo de la bebida asturiana en el exterior de los locales. «Los dueños de las sidrerías siempre limpian los alrededores de sus establecimientos y no generan molestias», mantiene Busto.

La clave para llegar a un acuerdo, argumentaban los afectados, es el «diálogo» y el «consenso». En ese sentido la búsqueda de puntos en común comenzará hoy mismo con una reunión que tendrá lugar a las diez de la mañana en el Ayuntamiento. Tras este encuentro cada empresario decidirá si participa en el Festival de la Sidra que se celebra estos días en la ciudad o se une al boicot que algunos lagares como Sidra Menéndez anunciaron en su día como medida de apoyo a sus clientes de los negocios hosteleros de Cimadevilla.

Desde el equipo de gobierno se remarcaba ayer la frontera existente entre la aplicación de la normativa de convivencia cívica que regula el consumo de bebidas en la calle y prohíbe la práctica del «botellón», y la Fiesta de la Sidra Natural, que este mismo fin de semana llenará espacios tan singulares de la ciudad como la plaza Mayor y la playa de Poniente de miles de personas escanciando. «La Fiesta de la Sidra es algo totalmente diferente. Es una fiesta con una tradición y que tiene el permiso correspondiente, por lo que no se ve afectada por el tema de la ordenanza», sentenciaba Rafael Felgueroso, edil de Seguridad Ciudadana y portavoz tanto del grupo municipal de Foro como del gobierno de Carmen Moriyón.

También se habían desmarcado en los últimos días de la ordenanza cívica y del «botellón» los organizadores del evento festivo desde el teatro Jovellanos. «La Fiesta de la Sidra sirve para divulgar las características y curiosidades de la cultura de la sidra entre los asturianos y los turistas. Todas son actividades que dan a conocer la sidra y ponen en valor la tradición de Asturias y la importancia económica creciente de este sector de nuestra industria agroalimentaria», se recordaba desde el Jovellanos en una nota pública.

«Tendremos oportunidad de ver este fin de semana qué pasa, pero no se entiende bien que, por un lado, se apoye a la sidra con un festival y, por otro, se pongan trabas a su consumo», explicaba ayer mismo el edil socialista Celso Ordiales. El concejal de la oposición recordaba que la polémica por el escanciado de la sidra en la calle «viene de antiguo, pero siempre se alcanzaron consensos para favorecer el escanciado en terrazas o delante de los establecimientos con el compromiso de limpieza de los hosteleros».