Los 53 trabajadores que Panrico tiene en Asturias, en la delegación de la empresa en el Polígono Bankunión II de Gijón, están pendientes de su futuro después de que la empresa haya anunciado su pretensión de despedir a 1.914 trabajadores en toda España y recortar el salario entre un 35% y un 45% a los que queden. La empresa justifica su decisión el la grave situación económica por la que atraviesa. Una crisis que justifica por los errores en la promoción de los productos y por la retirada de los cromos de uno de sus pasteles, el Bollycao.

El Grupo Panrico, con sede en Barcelona desde hace más de 50 año comercializa pan y bollería con marcas como Pan Panrico, Donuts, Bollycao, Donettes, La Bella Easo y Qé!. La empresa es propiedad del fondo estadounidense de capital riesgo Oaktree. En los cuatro últimos años ha acumulado unas pérdidas de 700 millones de euros y prevé acabar 2013 con pérdidas operativas de otros 13 millones.

Así las cosas, la compañía ha optado por no pagar las nóminas de este mes a sus 4.050 empleados para poder pagar a sus proveedores, y anunciarles el despido de casi la mitad de ellos de aquí a 2015, más el drástico recorte salarial.

El comité intercentros, que agrupa a representantes sindicales de todos los lugares de trabajo de la empresa en España, ha rechazado el plan propuesto por la dirección para sanear la compañía. En la última reunión entre ambas partes fue en la que la dirección señaló que los errores que han llevado a la crisis han sido retirar los cromos del Bollycao y gastar demasiado en publicidad y poco en promoción en el punto de venta.

En el centro de trabajo gijonés están ahora a la espera de cómo se desarrollan las negociaciones. Para Panrico trabajan en Gijón 38 autónomos, 10 empleados fijos y 5 de empresas de trabajo temporal. Las ventas de la empresa en Asturias en 2012 ascendieron a 7,8 millones de euros, un 1,41% de la cifra total de negocio de la compañía.

Los trabajadores gijoneses tienen presente el recuerdo del cierre, en 1998 de la fábrica de Donut que la empresa tenía en la misma nave que ahora ocupa como almacén, en Tremañes. Aquella medida supuso la eliminación de 26 puestos de trabajo en Gijón, mediante bajas incentivadas, prejubilaciones o traslados. A los que les toque ahora no tendrán tanta suerte. Los sindicatos temen indemnizaciones máximas de 20 días de salario, que la empresa les abonaría a plazos en dos años.