Presumen de duende donde quiera que van, y en todas las edades. Los gitanos gijoneses celebraron ayer su día internacional y lo hicieron por todo lo alto, demostrando su arte en un festival flamenco en el Centro Municipal Integrado de Pumarín- Gijón Sur.

Una cita "muy importante para nosotros, para reivindicar nuestra identidad y nuestros derechos", como explicaba Antonio Gabarri entre actuación y actuación. La festividad se remonta al año 1971, cuando se instituyó en Londes la bandera y el himno de la Comunidad, y cada 8 de abril se celebra en todo el mundo "para recordar que fuimos un pueblo perseguido, pero que ahora vivimos integrados en la sociedad", apuntaba Gabarri.

El festival flamenco, en el que hubo cante, guitarras, cajones y baile, es una muestra "de nuestro arte, con la que queremos enseñar al resto del mundo nuestra cultura y nuestras costumbres", apostillaba Antonio Gabarri. Por eso, al finalizar el acto se celebró el reparto de trozos de chicharrón, "un alimento típico del pueblo gitano, aunque es originario de la provincia de Salamanca".

Se trata de torreznos elaborados con "los desperdicios del cerdo, grasa, piel y carne, bien prensado, cocido primero y frito después", un plato "muy sabroso pero muy fuerte", que según relataba ayer Antonio Gabarri, "se suele tomar acompañado por un trozo de pan y con un vaso de vino". Los asistentes a los actos del Día del Pueblo Gitano pudieron empaparse así de una tradición gastronómica "que se ha extendido a muchos otras otras zonas y también entre los payos", pero que representa uno de los sabores más auténticos de la comunidad. Los sonidos corrieron a cargo de varias agrupaciones musicales de la ciudad, con el flamenco por bandera y el sentimiento de orgullo por ser gitano como enseña.