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"La dirección de los centros tiene que profesionalizarse con formación y gestión"

"Necesitamos un gran pacto por la educación, la propia sociedad debe definir las necesidades del futuro"

Alberto García García. Juan Plaza

Alberto García García, director del IES de Roces, acaba de ser nombrado secretario de la Federación de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos Públicos, Fedadi, una plataforma "ni política ni sindical" desde la que los directores buscan "mejorar todo lo que se pueda el sistema, de una manera global". Director del centro desde el año 1996, está al frente de un equipo de 49 profesores y 450 alumnos, con la firme convicción de que las nuevas tecnologías "tienen que entrar de lleno en las aulas" y una reclamación clara: la profesionalización de la tarea de los directores.

-¿Cómo llega a la Federación de Asociaciones de Directivos?

-Yo participé en la formación de la primera y única asociación de directivos que hay en Asturias, Adespas, en la que estuve desde el principio como vocal y luego como miembro de la junta directiva. Al principio funcionábamos como una asociación a nivel regional, hasta que vimos la necesidad de formar parte de la Federación. Yo asistí a casi todos los congresos, donde el último gran movimiento fue la renovación de la junta directiva de la que ahora forma parte como secretario.

-¿Cuáles son los principales temas de discusión en la federación en la actualidad?

-En la actualidad estamos analizando cómo se contempla la función directiva dentro de la LOMCE, que le da a la dirección de los centros una mayor capacidad de actuación de la que se contemplaba en normativas anteriores. Hay cosas que nos parecen bien en general, aunque no es el modelo que nosotros proponemos. Nosotros proponemos un modelo más participativo, y abogamos siempre por la profesionalización de la dirección con un modelo que pasa por que los que desarrollamos tareas directivas tengamos formación suficiente, específica, con capacidad para gestionar a muchos profesores titulados superiores. Es un puesto de mucha responsabilidad.

-¿Había estado subestimado hasta ahora este puesto?

-Más que subestimado yo diría que estaba considerado una especie de representante del profesorado de carácter asambleario, por la tradición de las direcciones en España. Es muy importante contar con el consenso de la comunidad educativa, pero no se puede estar sujeto a los vaivenes de que guste todo lo que hagas. La dirección de un centro tiene que tener una capacidad de decisión suficiente como para sacar adelante el proyecto de la comunidad educativa. Cambiar los modelos directivos es una tarea que lleva muchos años, no se puede hacer por ley de un día para otro porque es algo que está relacionado con las costumbres.

-¿Les preocupa la competencia entre centros que promueve la nueva ley?

-Es bueno que los centros se evalúen, es bueno que den cuenta de los resultados, pero puede ser una herramienta política el establecer rankings de centros según resultados, porque los centros tienen muy distinta composición según sean públicos, concertados o privados. Es muy distinto el nivel socioeconómico de unas zonas y otras de la ciudad, el ambiente sociofamiliar... Limitarnos a compararlo en un ranking de centros sin más matización es muy delicado. Además la administración, si los resultados de los centros no son buenos, podrá hacer los planes de mejora, y eso supone imponer desde fuera, sin conocer el centro. No sabemos exactamente en qué se va a sustanciar eso, pero es complicado.

-¿Qué mejoras proponen ustedes?

-Seguimos manteniendo que estamos por el gran pacto de educación que necesita este país, es una necesidad. No podemos estar sometidos a que cada cinco o seis años se ponga patas arriba el sistema educativo a merced de cada gobierno entrante y saliente. Entiendo que el pacto tiene que garantizar el sistema a largo plazo. La sociedad civil tiene que definir cuáles son las necesidades educativas de la sociedad del futuro, no de hoy mismo, sino con una visión a 20 o 30 años. Hace falta un gran impulso social, nos jugamos el futuro de las generaciones próximas con lo que se hace en los centros educativos, y no se está dando respuesta adecuada a las necesidades ni siquiera del presente. Por ejemplo, el peso de las nuevas tecnologías en el mundo actual queda un poco al margen del mundo escolar. Tiene que entrar en las aulas de una forma mucho más firme, con mucha formación por parte del profesorado. Y es muy importante poder establecer acuerdos entre centros, hay modelos asociativos que funcionan muy bien de colaboración entre centros, que son los que mejor conocen sus propias necesidades.

-¿Cómo aborda el colectivo de directores la imposición de recortes?

-En Asturias tenemos una situación notablemente diferente al resto de España. Aunque hubo ajustes en las plantillas, no se notaron tanto las instrucciones generales que se dieron. En otros lugares se quedaron literalmente sin dinero. El aumento de horas del profesorado sí ha hecho que ya no sea necesario contar con interinos como antes, y han aumentado los medios horarios. Recortes económicos no ha habido demasiados, aunque estamos congelados. Además los resultados de Asturias son notablemente buenos en las evaluaciones.

-Pero a nivel general la educación española no está precisamente en cabeza...

-Son estudios internacionales que definen un problema de un carácter muy general. Por ejemplo PISA se aplica a chavales de 15 años en cualquier circunstancia, con lo que las pruebas no son concluyentes.

-¿Cuál es la situación actual del IES de Roces?

-Marcha bien, estoy muy satisfecho de que con el resultado de todos estos años de trabajo sea un centro en el que en todas las aulas tienen pizarra digital, cañón de proyecciones y ordenador. El nivel de satisfacción entre el profesorado es elevado, hay buen ambiente. En los próximos años nos tendremos que enfrentar a un crecimiento importante, y ya hemos pedido a la Consejería que estudie una posible ampliación.

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