La crisis aprieta y cada vez más gente apura cualquier opción de trabajo. Ayer se desarrollaron en el campus universitario las pruebas más masivas del plan de empleo regional, en las que estaban en juego 96 puestos de peón, ayudante de servicios, auxiliar administrativo y oficial de segunda de albañilería. Había 6.053 inscritos, de los que se presentaron 3.775, un 62,3%. "Algo más de lo habitual, que suele estar por el 50%. Cada vez acude más gente", aseguran desde la organización de la prueba, dependiente de la Agencia Local de Empleo. El plan de empleo completo oferta en Gijón 165 plazas, para las que se recibieron más de ocho mil solicitudes

Ante la masiva asistencia, se habilitaron hasta 17 aulas y se extremaron las precauciones, dadas las incidencias ocurridas en ocasiones anteriores y que obligaron al Ayuntamiento a repetir varias pruebas. "No vi ningún problema. Hay mucha gente pero está todo bien organizado", señalaba Saturnino Blanco, que se presentó al examen de peón, el más concurrido y en el que estaban en juego 63 plazas mas otras tres para discapacitados. "Lo veo un poco complicado. Preguntaron cosas de jardinería y yo domino más de construcción", lamentaba Blanco, que se presentó junto a su hermana, María Oliva. Ambos llevan un año en el paro.

Matías Lorenzo está, si cabe, más desesperado. Lleva más de dos años sin empleo. "Ya estoy con los 426 euros y se me acaba la ayuda", cuenta. Bajo su punto de vista, "la organización estuvo muy bien y fue todo muy rápido". No salió descontento del examen de peón. "Me salió bien, aunque hubo preguntas difíciles que no sabes qué poner. Fueron 35 preguntas de test, como si te estuvieses sacando el carné de conducir", explicaba.

En el caso de César Arroyo, de 38 años, opta a lograr plaza de peón o de ayudante de servicios. "Pensé que iba a ser más difícil la prueba. Pero hay mucha gente para tan poco puesto", señalaba. Cincuenta trabajadores municipales, tres por aula, se encargaron del dispositivo de las pruebas. "De momento la organización está muy bien", afirmaba Arroyo por la mañana. Por la tarde tuvieron lugar los exámenes de auxiliar administrativo y albañil.

"Estamos todos en paro, en el mismo saco", afirmaba Benjamín Fernández. No en vano el plan regional está destinado a desempleados. Su amiga Úrsula Martín, a quien conoció trabajando en otro plan de empleo, tenía una petición muy clara. "Tienen que poner más plazas, son muy pocas", aseguraba. "Es irrisorio", apostillaba Fernández. Aída María Larriba y Marisa Ranilla, que ya habían participado en pruebas similares, también tenían su sugerencia. "Convenía que sacasen un temario, que dijesen lo que entra para cada prueba. Y también que dejasen que cada uno se pudiese presentar a más de dos exámenes", opinaban ambas.