La decisión de expulsar al "Padre Chus" del clero fue tomada directamente por el Papa al considerar que había llevado a cabo acciones pecaminosos y contra el Derecho Canónico ya que los chicos de los que presuntamente abusó tenían 17 años.

Aunque en España las relaciones sexuales están consentidas a partir de los 16 años, la normativa de la Iglesia fija como delito todas aquellas que se producen antes de los 18 años.

Estas precisiones han sido realizadas por el Arzobispado de Oviedo en un comunicado en el que se mantiene que, durante el proceso se tomó declaración a las víctimas, a los testigos y al sacerdote imputado en presencia de su abogado defensor.

Ante las diferencias que sobre este asunto mantiene el imputado, el Arzobispado ha asegurado que durante el proceso se recogieron todas las pruebas documentales que hay sobre el caso y que fueron mostradas al párroco y a su abogado para que pudiesen defederse.

El hasta ahora sacerdote Jesús María Menéndez Suárez había sido párroco, hasta que fue suspendido de forma preventiva de Castiello de la Marina, en Villaviciosa, y anteriormente lo había sido de otras localidades asturianas como Tazones, Argüero y Oles. Además, había ejercido como profesor de religión y regentado una casa de acogida para extranjeros con dificultades en Gijón.

Según informa el Arzobispado de Oviedo, todas sus funciones sacerdotales han quedado suspendidas y se le ha dispensado del celibato por los delitos de los que se le acusaba, "entre los que se encontraban la grave conducta inmoral contra el sexto mandamiento del Decálogo y el abuso de menores, según las normas canónicas vigentes (menos de 18 años)".

El pasado 20 de febrero, la Congregación para la Fe emitió un decreto por el que se solicitaba al Santo Padre la aplicación del "Motu Proprio Sacramentorum Sanctitatis tutela" y el 6 de marzo, el Papa procedió a la expulsión del estado clerical del Padre Chus, que ya le ha sido notificada por carta certificada, según el Arzobispado.