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BONNIE BARRET | Directora de los servicios artísticos de Yamaha en Nueva York

"La música clásica debe incorporar la tecnología, y no sólo en los instrumentos"

"Yamaha es la única que trabaja en las conexiones en directo entre países diferentes para dar clases magistrales"

Bonnie Barret, ayer, en el paseo de Begoña, en Gijón. MARCOS LEÓN

La norteamericana Bonnie Barret es la directora de los servicios artísticos de Yamaha en Nueva York, sede desde la que trabaja para todo el mundo. Estos días ha visitado Gijón para coordinar el traslado del piano CFX, uno de los mejores instrumentos de la marca con el que los artistas del Festival Internacional de Piano de Gijón "Jesús González Alonso" están ofreciendo sus conciertos.

-¿En qué consiste su trabajo en Yamaha?

-Tenemos unos 90 artistas pianistas de música clásica y jazz que han firmado un contrato promocionando los pianos de la marca, y nos encargamos de su coordinación. Hay muchas áreas de trabajo dentro de Yamaha, con artistas pop del nivel de Elton John, John Legend, Paul McCartney... si bien yo me encargo de la organización de la parte clásica y jazz.

-¿Qué tienen de especial los pianos Yamaha?

-Yamaha hace instrumentos muy diferentes, pero en la parte acústica de los pianos tenemos el piano CFX, el que tenemos aquí en Gijón, traído expresamente desde Madrid para el Festival, un instrumento hecho a mano que lleva más o menos un año de trabajo en su construcción en Japón. Yamaha lleva unos 20 años desarrollando este piano, con mucho trabajo con los artistas, preguntándoles sobre lo que piensan del instrumento, cómo les gustaría que sonara, cómo lo quieren sentir... Es un instrumento muy especial, y si bien hay muchos pianos acústicos muy buenos en otras marcas, creemos que éste es uno de los de más alto nivel, y nuestros artistas así lo creen también. Para nosotros es un honor y una oportunidad única poder ofrecer a Gijón tener aquí este piano. Y para nosotros es un honor apoyar este festival. Los directores del certamen son artistas en Yamaha, con lo cual para la marca es también una gran oportunidad.

-¿Qué cuidados aplican en el transporte de este tipo de instrumentos?

-Yamaha tiene su propio equipo especializado en cada país para el transporte y cuidado de los pianos. Se trata de gente con mucha experiencia para mover los instrumentos entre edificios, subirlos y bajarlos por las escaleras... Ellos sólo se dedican a moverlos, para lo que se desmontan, con las patas y los pedales por un lado y el resto del instrumento por otro, colocado en vertical en camiones especiales, con el tamaño y la forma adecuada para que no sufran ningún daño.

-¿Está Yamaha profundizando en el ámbito de la música clásica? Siempre han sido conocidos por los teclados electrónicos...

-Mucha gente no sabe que la historia y la tradición de Yamaha se basan en la parte clásica, varios grandes pianistas clásicos han tocado con nosotros, y estamos hablando de artistas de hace ya unas cuantas décadas. La compañía fabricaba originalmente pianos y órganos, y con el paso de los años la empresa ha diversificado su trabajo, con instrumentos también de viento. Muchos de los artistas de Yamaha son los mejores en sus especialidades, y eso es algo que nos tomamos muy en serio. Y hacemos instrumentos para todos los niveles: desde los niños que están empezando hasta los profesionales de más alto nivel. Estamos siendo capaces de aplicar las más modernas tecnologías al desarrollo de instrumentos clásicos, con técnicas muy sofisticadas que nos permiten importantes innovaciones, como ha ocurrido con el piano que tenemos en Gijón, que supone un matrimonio perfecto entre la técnica moderna y el trabajo al detalle característico de los japoneses. Sin olvidar que como cada instrumento está hecho a mano, el sonido es diferente en cada caso.

-¿Es la tecnología el futuro de la música clásica?

-Absolutamente. La música clásica debe incorporar la tecnología no sólo en el desarrollo de los instrumentos. También en otros aspectos, y en eso está trabajando Yamaha, en llegar al siguiente nivel en la utilización de la tecnología. Estamos desarrollando sistemas como en "disco-teclado" que permiten, por ejemplo, incorporar un dispositivo de grabación digital a los pianos acústicos de manera que lo que se toca en un piano queda registrado en una tarjeta y se puede reproducir en otro piano en la otra punta del mundo. Y eso permite celebrar clases magistrales en directo, con audio y vídeo, de manera simultánea, entre países diferentes. Hasta ahora sólo se ha hecho entre diferentes estados de Estados Unidos, pero en los próximos meses se va a hacer por primera vez a nivel internacional, con una conexión en directo entre Nueva York y Moscú que servirá de presentación y también de clase en vivo. No hay ninguna otra compañía que haga esto.

-¿Cómo aceptan las innovaciones los profesionales más puristas?

-Hay mucha expectación, y la mayor parte de los artistas y profesores aceptan las innovaciones que hacen su vida y su trabajo mejor. Me encanta mencionar como ejemplo a Byron Janis, un pianista legendario que tiene ahora 87 años y que firmó como artista Yamaha hace cuatro años precisamente por estas nuevas tecnologías.

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