La residencia para ancianos que está construyendo la Cocina Económica-Asociación Gijonesa de Caridad atenderá a personas mayores sin recursos que llegarán al centro derivados por la Red de Pobreza. Así, según las primeras previsiones de funcionamiento, las distintas entidades que componen la Red serán las encargadas de detectar los casos más urgentes de personas mayores en situación de precariedad y trasladarlos a la residencia que se levanta en terrenos de la antigua Pecuaria de Somió.
Así lo explicó ayer el presidente de la Cocina Económica, Luis Torres, durante la inauguración de la reciente remodelación del comedor de la entidad. Las previsiones son las de poder tener los trabajos de edificación concluidos en un par de meses, si bien la tramitación para la puesta en funcionamiento de la residencia podría demorarse más tiempo. El centro, construido con parte de la herencia que dejó a la Cocina Económica el millonario Luis Bango Escacho, tendrá capacidad para 62 usuarios, personas todas ellas sin recursos para costearse otro tipo de residencia.
Una realidad, la de personas mayores con apenas recursos que viven solas, en pensiones o directamente en la calle que "se ha agravado en los últimos años", coinciden en señalar los responsables de entidades como Mar de Niebla. De hecho, su director, Héctor Colunga, asegura que su programa de intervención en la calle está detectando cada vez más casos de personas que llegan a la vejez sin recursos y sin techo. Una situación que, como señala también Pilar Méndez, de Cáritas en Gijón, "siempre se ha dado, pero ahora se ha agravado con la crisis".
Con el nuevo equipamiento la intención de la Cocina Económica es la de paliar los casos que lleguen a conocimiento de las entidades sociales gijonesas, o directamente a través de la Fundación Municipal de Servicios Sociales. Los trabajos avanzan "a buen ritmo", confirma Luis Torres, deseoso de poner en marcha un complejo que en principio iba a contar con mucha más capacidad, pero que tuvo que ser redimensionado por efecto de la coyuntura económica.
Lo que sí está en marcha ya es el nuevo comedor de la Cocina Económica, que ocupa el espacio del antiguo pero ahora luce remodelado tras una actuación en la que se invirtieron 65.000 euros. Los trabajos, que han tenido una duración de dos meses, han servido para renovar el suelo, las instalaciones eléctricas con luces de tipo LED, pintar las paredes y cambiar completamente el mobiliario.
El comedor tiene capacidad para 80 usuarios, y en la actualidad se sirven una media de 300 menús al mediodía y unas 200 cenas diarias. El pasado mes de julio fue uno de los de más actividad en el acumulado histórico de la Cocina Económica, con 1.572 servicios más que en el mismo mes del año pasado.
Según los cálculos de los responsables de la entidad, la media de servicios al mes es de unos 15.000, con lo que de nuevo se cerrará un año de cifras de récord en la atención a las personas con menos recursos del municipio.
