Abogada de profesión, Eva María Illán Méndez (Hondarribia, Guipúzcoa,1968) inició su vida política de manera "accidental", como concejala del PP en el Ayuntamiento de Irún en el área de Servicios Sociales (1999-2003). Durante 18 años fue militante del PP, los últimos seis en Asturias, hasta su cambio a las listas de Foro en las elecciones municipales de 2011. Desde entonces forma parte del equipo de Carmen Moriyón donde en la actualidad ejerce como concejala de Bienestar Social y Participación Ciudadana. A principios de este verano iniciaba su segundo mandato como edil, dejando atrás su trayectoria como abogada, que ejerció entre 1993-2002. Illán es especialista en derecho penitenciario, derecho de familia y tributación y entre sus aficiones se incluye la lectura -principalmente de novela histórica y novela negra-, además del cine, la música y la cocina.
-¿Cómo afronta su segundo mandato en las listas de Foro?
-Una vez que me plantearon la posibilidad de continuar como concejala, repetir en el área de Servicios Sociales creo que iba implícito porque en el primer mandato solicité esa concejalía porque me parecía un reto y me motivaba mucho. Es un área muy interesante a veces no suficientemente valorada. Creo que en política tienes que estar el tiempo suficiente para consolidar los proyectos y saber retirarte a tiempo pero, de momento, considero que todavía puedo aportar en la Fundación de Servicios Sociales.
-¿Qué le quedaba por hacer para repetir en las listas de Foro?
-A los dos meses de llegar, en el primer mandato, la situación cambió tangencialmente y algunas de las que me había marcado como prioridades pasaron a ser proyectos de segundo orden porque fue cuando la crisis fue cuando estalló en su mayor crudeza y nos encontramos con una situación social preocupante. Ahí desplegamos el mayor de los esfuerzos. De hecho, en un contexto en el que la mayoría de las administraciones redujeron o en el mejor de los casos mantuvieron los presupuestos de Servicios Sociales, nosotros alcanzamos a lo largo del mandato un incremento superior al 23% del presupuesto.
-¿Cuáles son las prioridades para esta etapa de su área?
-En el ámbito de los Servicios Sociales nunca te quedas con el saldo a cero, siempre hay que seguir avanzando. Aunque una de las prioridades iniciales fueron las ayudas para paliar la carencia de recursos básicos, eso no significa que nos detuviésemos ahí.
-¿En qué fructificó el censo de mayores que plantearon al inicio del pasado mandato?
-Nos fijó un cuadro mucho más optimista de lo que reflejaban algunas noticias de prensa. La mayoría de nuestros mayores se encuentran en una situación económica holgada y mantienen relaciones familiares fluidas porque la soledad era un aspecto que nos preocupaba muchísimo tras encontrar a aquel matrimonio de la plaza de Europa [la pareja de octogenarios falleció en 2011; él como consecuencia de una caída y ella, enferma de alzhéimer, por inanición]. Por fortuna vimos que se trataba de casos aislados pero eso no significa que tengamos que bajar la guardia. A partir de ahí articulamos una serie de medidas de índole económica a través del servicio de ayuda domiciliaria (SAD) para que los mayores, aunque tuviesen lazos familiares, contaran con una supervisión y un contacto regular para detectar si estaban en una buena situación de salud, si tienen problemas de soledad, de desatención, problemas materiales...
-¿Y qué se encontraron?
-La mayoría de las personas mayores minimizan su propia situación y lo que les preocupa mucho es la situación de necesidad que viven sus hijos y sus nietos. Muchos hacen auténticos esfuerzos por ayudar a esos hijos o nietos que están en una situación de paro. Creo que tenemos mucho que agradecerles a una edad en la que tendrían que estar para ser mimados y recibir el máximo cariño, están preocupándose por las generaciones venideras.
-El objetivo inicial para ese censo de mayores era de 500 personas. ¿Se logró, finalmente, el objetivo?
-Al final sobrepasamos los 400. Se realizó un gran esfuerzo con visitas a domicilio complementadas con llamadas telefónicas y aún y todo nos encontrábamos con personas que desconfiaban que Administración pueda dar algo así sin exigir nada a cambio.
-La oposición reclama mayor celeridad en la puesta en marcha en el plan de choque.
-Las declaraciones de estos días me han resultado bastante sorprendentes. Puedo entenderlas de los miembros nuevos de la Corporación pero no por quienes tienen experiencia. La Administración tiene sus propios tiempos y para que toda la actividad que desarrolles sea legal tienes que cumplirla. Este plan fue a una modificación presupuestaria del Pleno del 2 de agosto que hay que llevar al BOPA y pasar "x" tiempo sin alegaciones. Ese plazo finalizó la semana pasada, ahora hay que hacer una modificación interna para que los fondos estén ya a disposición de la Fundación, o sea, estamos cumpliendo los plazos a rajatabla.
-¿Por qué no se ven avances?
-Para que los fondos fuesen destinados al 100% a las ayudas, el personal que tenemos que contratar se decidió que fuera con cargo a remanente de la Fundación. En un contexto en el que a la Administración no le permiten hacer contrataciones nuevas había que justificar esa necesidad y eso también es otro procedimiento. Al mismo tiempo había que hacer un programa informático para la gestión del plan y la aprobación de las bases, un círculo que todavía está por cerrar.
-¿Qué plazos se marcan?
-Pretendemos llevar todo lo que compete a la Fundación de Servicios Sociales a la próxima Junta Rectora que se ha convocado para el próximo viernes. Y ya había informado ya a los grupos de la oposición cuales eran los pasos que íbamos a seguir, o sea que no pueden alegar extrañeza y falta de información. Y lo que no es admisible es decir que la Fundación está paralizada.
-¿Cuándo se verán las primeras acciones del plan ?
-Tiene que ir a Pleno pero eso no significa que nos estemos quietos. Lo que tenemos pensado hacer, una vez tengamos el personal disponible es empezar a recepcionar peticiones para intentar dinamizar lo máximo posible el plan y comenzar a gestionar las ayudas desde el minuto cero.
-¿A cuántos usuarios calculan llegar?
-En torno a los 6.000 beneficiarios pero eso podría tener un efecto multiplicador en muchas solicitudes porque estaríamos hablando de unidades familiares.
-Esa iniciativa fue uno de los primeros acuerdos adoptados por unanimidad por la nueva Corporación. ¿Satisfecha?
-Me parece que tiene un efecto muy positivo de cara a la sociedad gijonesa porque, en un contexto en que hay un descrédito bastante generalizado respecto a la clase política, aquí hemos tenido todos muy claro que había una situación que necesitaba concitar acuerdo y dejar a un lado posibles diferencias. Ojalá marcase el camino de lo que puede ser el desarrollo de este mandato.
-¿Augura una etapa complicado por la fragmentación del Pleno?
-Realmente lo que se va a poner a prueba es la capacidad de llegar a consensos y poner en primera línea qué es lo que necesita la ciudadanía y dejar a un lado motivaciones de partido o mucho más egoístas. El primer reto que tuvimos fue el plan de choque y veo una actitud bastante positiva en la mayoría de la oposición.
-¿Cómo se sienten tratados por el Principado?
-Así como en el Ayuntamiento de Gijón tuvimos claro en cuanto vimos la situación en la que estábamos inmersos que la prioridad debía ser Servicios Sociales, lo que nos encontramos en el Principado fue un retraso acuciante en las tramitaciones del salario social básico, que tenía una incidencia directa en los programas locales porque tuvimos que ir reformulando las ayudas de emergencia para ir paliando todos esos retrasos y en un primer momento se ampliaron a 18 meses y luego a 24. Esas cifras reflejaban los meses que tardaba el Principado en resolver un proceso que normalmente era de tres meses.
-¿Han logrado encauzarlo?
-En el salario social básico unos meses antes al período electoral se redujo de forma notable el tiempo de tramitación pero estamos observando ahora que vuelve a incrementarse. Si el Principado no quiere apostar o quiere reformular el salario social básico tiene que hacer una reforma legislativa. Lo que no podemos es generar una expectativa a la ciudadanía y luego no cumplirla. Hay que poner los medios materiales y humanos para que las demandas sean satisfechas en tiempo y forma.
-Infancia es otro colectivo sensible dentro de su área. ¿Cómo están actuando ante las necesidades recientes?
-La principal prestación económica dirigida a este colectivo son las becas comedor y seguimos observando que a lo largo de este mandato iban creciendo los demandantes. No ha sido alarmante pero sí ha marcado una tendencia. El día que veamos que los solicitantes de ayudas de emergencia y becas comedor disminuyen, podremos decir satisfechos que empezamos a visualizar los famosos brotes verdes a los que aluden políticos de otras instancias y que aquí ni con lupa vemos.
-La preparación del presupuesto 2016 está en marcha. ¿Qué previsiones maneja para su concejalía?
-En principio la partida de ayudas de emergencia, en la medida que se fueron reduciendo los tiempos de tramitación, la tendencia será a la contención. Ahora bien, a lo largo del mandato se ha demostrado que cuando la Fundación de Servicios Sociales ha precisado un aumento en la dotación presupuestaria se ha articulado y hemos tenido modificaciones para dotarnos de más fondos. En otras partidas como las becas comedor hay un aumento pero en datos globales la tendencia es a la contención, siempre con el compromiso de que si la demanda es mayor se articulará un incremento.
-¿Esa tendencia a la contención desembocará en una merma de los recursos actuales?
-En absoluto. Minoración no es un escenario que contemplemos.
