El desfile de moda que cada año promueve la Casa de la Vida se celebró ayer en su séptima edición en los salones del Albéniz. Era el Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer de Mama, y a la vista del público que abarrotó el recinto cabría pensar que todo Gijón participa de este movimiento de solidaridad ante un mal que anualmente afecta a unas 22.000 mujeres.

Actuó de presentadora y maestra de ceremonias una profesional de la máxima talla, Rocío Méndez Traba, simpática, y sobre todo muy cariñosa con las participantes en la fiesta. Éstas eran las propias afectadas, que una vez superado el mal han visto como las perspectivas de su vida cambiaban hacia una valoración más justa y más humana. Mientras Rocío leía la carta que dejó escrita una de las enfermas que sucumbió, María Montesquín, en la que exhortaba a sus compañeras a no dejarse vencer, a luchar por los hermosos aspectos de la vida, veinte mujeres, veinte heroínas como iban a demostrar a lo largo de la velada, fueron saliendo a escena. De todas las edades y vestidas con un pantalón negro y una camiseta blanca, bailaron bajo una moderna coreografía la canción "Adelante", coreada a su vez por la concurrencia.

La fiesta no había hecho más que empezar. El cuarteto de cuerda "Arpegio" fue el encargado de amenizar el desfile con partituras de todos conocidas. Las modelos eran las veinte protagonistas, que haciendo alarde de valor y sin considerar talla, peso, o defectos corporales, con total entusiasmo recorrieron la pasarela llenas de gracia, como diciendo aquí estamos, bien sanas, y todo lo demás no importa; una sabia lección para aquellas que rinden un desmesurado culto a su cuerpo.

Varias casas de modas, como Alhelí, Magda, Fly, exhibieron sus modelos; bañadores, trajes de sport, de calle, y de fiesta fueron pasados con total desenvoltura, y sin demoras. Se hizo una pausa para escuchar al doctor Vizoso, uno de los investigadores más brillantes sobre el cáncer de mama, cuyos resultados están siendo considerados en los principales laboratorios del mundo. Sus palabras fueron de aliento para las enfermas y gratitud por la gran solidaridad que despiertan.

Hubo un número de Bollywood, la danza del vientre, interpretado por un grupo de las asiduas de la Casa de la Vida. La presidenta, Carmen Gainza, entregó sendos ramos de flores a dos hermanas que llevan años colaborando, y los presidentes de la entidad asociada Lions Club, Tasio del Reguero y Luis Fernández mostraron su satisfacción por los éxitos de una institución que acoge, escucha, y ayuda a las mujeres que padecen esta enfermedad.