La terminal de graneles sólidos de El Musel, Ebhisa, dará en diciembre el primer paso para la extensión de sus actuales instalaciones en El Musel, en los terrenos colindantes a su actual concesión, en terrenos de la ampliación portuaria. La dirección de Ebhisa prevé contratar en diciembre el proyecto de ingeniería para la realización de ese proyecto, que incluye el traslado de la cinta y maquinaria que actualmente tiene la empresa en Aboño, donde tiene en concesión un parque de carbones. La idea es abandonar esa zona de almacenamiento para unificar todo en El Musel.

La fecha de diciembre la trasladaron ayer el gerente de Ebhisa, José Manuel del Arco de Sousa y la responsable de Medio Ambiente de la Autoridad Portuaria de Gijón, Mónica González Arenales, al Principado. Ambos mantuvieron una reunión en la consejería de infraestructuras y medioambiente con el director general de calidad ambiental, Manuel Gutiérrez; la directora general de prevención y control ambiental, Elena Marañón y el jefe de servicio de Calidad del Aire, Javier María Méndez Muñiz.

El proyecto incluirá el asfaltado de las aproximadamente 9 hectáreas en las que se va a ampliar la terminal granelera, así como el asfaltado de la explanada que actualmente tiene en concesión Ebhisa junto a su muelle. Además, se tendrá que realizar el saneamiento de la nueva explanada y se instalarán nuevos cañones de riego.

Una de las cuestiones destacadas de ese plan es el derribo de los actuales edificios de Ebhisa para construir otros nuevos al fondo de la futura concesión, colindantes a los terrenos de la regasificadora. En concreto, se prevé construir dos edificios, uno para talleres y almacenes y otro para servicios generales al norte de las parvas, colocando además entre ellos algún tipo de cierre de apantallamiento. Con esas medidas se espera evitar que se repitan episodios como el del pasado verano, con el levantamiento de nubes de polvo de carbón que llegaron a la ciudad.

El Principado saluda las ventajas medioambientales y operativas de ese proyecto, que también reducirá la contaminación al reducir el trasiego interno del mineral, como el que ahora se da entre El Musel y Aboño.

Ese proyecto tendrá un coste superior a los 10 millones de euros y se ejecutará en dos años. A más corto plazo, se prevén otras medidas para reducir la contaminación, como lava ruedas, limitación del llenado de vagonetas de tren, reparaciones en las torres de transferencia de las cintas (ya realizadas) y sellado del suelo libre de parvas.