La Policía Nacional de Lleida ha detenido a cinco personas -tres hombres y dos mujeres-, acusados de formar parte de una banda especializada en robos al descuido. Los delincuentes cometieron seis hurtos en toda España, entre ellos el robo de 40.600 euros en una entidad bancaria de la calle Corrida, en el entorno de la plaza de Italia. El suceso tuvo lugar a finales del mes de agosto. Un hombre y una mujer entraron entonces en la céntrica sede del BBVA. Una chica se dirigió a la empleada que en ese momento se encontraba recargando el cajero automático situado en el hall de la sucursal. Mientras su compinche hablaba con la trabajadora el hombre aprovechó que la empleada estaba distraída para llevarse los cajetines en los que se distribuyen los billetes dentro del cajero.

La profesionalidad demostrada por los delincuentes, su eficacia sin utilizar las amenazas ni la violencia, hizo pensar desde un primer momento a los funcionarios de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) de Gijón que tras estos hechos se encontraban dos miembros de una banda especializada. No se equivocaron. Su investigación confluyó con la que estaban llevando a cabo los investigadores de la Policía de Lleida y de otras provincias de España. A los acusados se les imputan robos en Madrid, Alcalá de Henares, Motril, el Puerto de Santa María, Gijón y Lleida. En total lograron un botín de 110.000 euros.

Los agentes encargados de seguirles la pista a estos delincuentes aseguran que los ladrones no siempre seguían el mismo "modus operandi". Normalmente eran las mujeres las primeras que entraban en la sucursal elegida por el grupo. "Allí seleccionaban a una persona que hubiera retirado una gran cantidad de dinero para, en el momento que saliera, indicárselo al resto de integrantes de la banda", aseguró ayer un portavoz de la Policía. Cuando veían que sus víctimas habían acudido a la entidad bancaria en coche "les pinchaban una de las ruedas de su vehículo para obligarles a estacionar y bajarse, aprovechando entonces el descuido para entrar en el turismo". También eran expertos en distraer a los empleados de joyerías, llegando a perpetrar robos en establecimientos de diferentes ciudades. En Motril, por ejemplo, se llevaron varias mantas con joyas valoradas en 45.000 euros aprovechando un despiste de la dependienta que se encontraba al frente del negocio.

La Policía consiguió detener a los cinco miembros de esta banda cuando acababan de sustraer el bolso de una mujer que estaba dentro de su coche y que había sacado 3.855 euros en un banco de Lleida. La actuación de los agentes permitió a la víctima recuperar su dinero.

Los acusados ya habían sido detenidos en ocasiones anteriores en España con identidades falsas. En el momento del arresto los ladrones llevaban encima "pasaportes, cartas de identidad y carnés de conducir de México". Además la Policía se incautó gracias a este operación de nueve teléfonos móviles, un vehículo, punzones, herramientas afiladas y puntiagudas y las ropas y los disfraces que los acusados utilizaban para intentar camuflar su identidad.