La Policía Nacional detuvo esta mañana al joven de 14 años de origen filipino acusado de apuñalar a otro adolescente de 15 años en El Coto. Los investigadores recabaron información durante toda la mañana de ayer acerca de lo sucedido y llevaron a cabo el arresto esta mañana. La Policía asegura que tras lo sucedido no hay "rencillas entre pandillas juveniles" y que se debe a una enemistad entre los dos implicados.

Fuentes cercanas a la investigación del caso aseguraron tras el suceso que la víctima y el agresor habían mantenido una fuerte discusión hace varias semanas en las inmediaciones del parque de Begoña. El joven acusado del apuñalamiento -que en el momento de los hechos iba acompañado por otro adolescente-, esperó a la víctima y a su hermano en una calle cercana a la vivienda del herido en El Coto. Durante la trifulca que provocó el encontronazo entre ambos el presunto delincuente sacó una navaja con la que asestó dos cuchilladas al herido. El joven se trasladó por su propio pie hasta el centro de salud del barrio, de donde fue derivado al Hospital de Cabueñes.

Los facultativos de emergencias médicas que atendieron al denunciante aseguran que sus heridas no revisten de gravedad. A pesar de todo el chico tuvo que quedar ingresado en el centro hospitalario para que los médicos se cercioraran de que las cuchilladas no habían afectado a ningún órgano vital. Las desavenencias entre víctima y agresor vienen de lejos.

El herido, de origen ecuatoriano pero afincado desde hace años con sus padres y sus dos hermanos en Asturias, coincidía con el supuesto delincuente en un programa de inmersión lingüística al que ambos acuden en un instituto de El Coto a pesar de que los jóvenes pertenecen a centros educativos distintos.

La Policía Nacional no tuvo conocimiento de lo sucedido hasta que los facultativos del centro de salud de El Coto dieron aviso de la trifulca a la sala de control de la Comisaría de El Natahoyo. Paralelamente los familiares del herido habían ido a quejarse al instituto del chico, en el que tampoco sabían nada de lo que había pasado en las calles del barrio. No en vano el agredido llevaba toda la semana sin acudir a clase.