Jugar y reciclar. Este es el lema con el que ayer abrió la cuadragésima tercera edición de Mercaplana en el recinto ferial Luis Adaro. La cita tradicional de las fiestas navideñas para los más pequeños cuenta con un amplio abanico de actividades relacionadas con la reutilización y el reciclaje para concienciar a través del ocio.

En el pabellón central se encuentra la novedad de este año, un campamento indio donde no faltan las plumas y las pinturas para que los niños se disfracen. El cerco donde se encuentran las tiendas de campaña tiene un espacio de juegos y otro de botánica donde se procede a plantar árboles en unos grandes tiestos.

El perímetro lo delimitan varias creaciones de árboles de Navidad hechos con material reciclado. Corchos de sidra, vasos de yogurt, telas, cartones y latas que los alumnos de distintos colegios de la ciudad han creado para concursar en el certamen que organiza la empresa municipal Emulsa. Incluso se puede votar por el mejor.

El reciclaje es la temática principal que engloba la oferta lúdica de Mercaplana. También hay carreras en improvisados vehículos de pedales construidos a partir de recreaciones de los contenedores de reciclado de papel y vidrio. Y no falta quien se atreve a pilotar un barco teledirigido sobre el agua o saltar en camas elásticas.

Otro de los atractivos es la robótica y los videojuegos. "Construye y programa un robot con tus amigos", reza el lema de Robotix que organiza esta actividad en el Palacio de congresos donde no faltan stands de alfarería, cocina para los jóvenes chefs más avezados y juegos tradicionales como puzzles de madera, bolos o pescar peces mediante una caña con un imán. "Vamos probando todos los juegos, son para niños pero disfrutamos todos mucho", aseguró Javier Palazuelos tras disputar una partida de bolos asturianos con su hijo Iván.

Y no faltan los animales en una gran granja improvisada a la izquierda de la puerta de entrada principal del recinto. Un asturcón, una burra y varios ponis, dos vacas asturianas, una de montaña y otra del valle, un cerdo asturcelta y varios cerditos vietnamitas. Todos ellos estabulados. También hay un pavo, gansos y patos en la sección aviar. Pero los conejos son el gran atractivo porque corretean entre los visitantes. Con ellos jugaron las gemelas Paula y Lucía Rodríguez. "Me encantan los conejos, es lo que más me gusta porque se pueden coger, pero también me dan pena porque todo el mundo va detrás de ellos y se asustan", explicaba Paula.

Mercaplana continuará abierto hasta el próximo 4 de enero, a excepción del día 31 de diciembre, de 16:00 a 20:30 horas. La entrada cuesta 3.90 euros y gratuito para los menores de tres años.