La bandera que acredita a Gijón como Ciudad Europea del Deporte 2016 ondea desde la tarde de ayer en uno de los mástiles de la plaza Mayor. Hasta allí la portaron en un recorrido urbano un buen número de destacados deportistas locales y alrededor de medio centenar de niños y niñas inscritos en el programa "Escuelas Deportivas".

Entre los portadores de la bandera se encontraban el miembro del Comité Olímpico Internacional, Agustín Antuña; los olímpicos Ángela Pumariega (vela), Verónica Castro (gimnasia), Juan Carlos Robles (voleibol), Eva Piñera (natación) o José Arconada y José Manuel González Santamaría (atletismo). Con ellos Mireya Delgado (voleibol), Sheila Posada, David López y Ronan Sánchez (patinaje), los exfutbolistas Manolo Jiménez y Claudio Silva, el montañero Nacho Orviz o el atleta David Testa, quienes reconocieron la importancia de que Gijón haya sido designada como Ciudad Europea del Deporte tanto como reconocimiento por la trayectoria anterior como para que sirva de acicate para el futuro.

Esta distinción alaba la calidad de las infraestructuras deportivas, tanto públicas como privadas, la importancia del asociacionismo deportivo, la participación ciudadana y los programas deportivos dirigidos a todos los sectores de la población. El proyecto apuesta por el deporte como pilar fundamental en el desarrollo integral de las personas y en la formación de valores y presenta como argumentos básicos la universalización de la práctica deportiva y la actividad física, siendo el deporte un impulsor del progreso de la sociedad.

Una vez en la Plaza Mayor, y al son del himno europeo, la bandera fue izada por uno de los niños en presencia de la alcaldesa Carmen Moriyón y varios concejales de distintos grupos políticos. Allí permanecerá el resto del año y, a buen seguro, será testigo del final de varias competiciones, porque el Ayuntamiento ha preparado un amplio programa que supera con creces el centenar de acontecimientos deportivos. La presencia de ilustres deportistas fue aprovechada por los más pequeños para llevarse a casa muchas fotos de recuerdo.