Los trabajadores de Gijón Fabril confían en llegar la próxima semana a un acuerdo con Verallia -el principal cliente de la factoría de Porceyo que se encuentra actualmente inmersa en un concurso de acreedores-, con el que evitar el cierre de la planta. Los empleados mantuvieron ayer la última reunión del proceso negociador abierto hace días. En el encuentro se informó a los representantes de los trabajadores de que la empresa presentará su Expediente de Regulación de Empleo en los próximos días. Un expediente al que los sindicatos ya han anunciado que se van a oponer. A pesar de que el concurso de acreedores sigue su curso, durante el encuentro mantenido en el día de ayer los empleados consiguieron arrancarle al administrador concursal de la fábrica la promesa de que no habrá extinción de contratos mientras se mantenga la carga de trabajo de la factoría de Porceyo.

"De momento tenemos encargos para seguir tirando unos días, luego estamos pendientes de lo que pase con la oferta que le hemos hecho a Verallia y las condiciones que nos pueda poner", relató, tras la reunión con el administrador concursal, Felipe Rodríguez, delegado sindical de UGT en el comité de empresa de Gijón Fabril.

El sindicato Comisiones Obreras, por su parte, llamó al gobierno regional del Principado de Asturias a jugar "un papel determinante" para resolver la situación de estos empleos. "Una vez más debemos insistir en que nos encontramos ante una fábrica con un alto nivel de cualificación profesional en un sector muy determinado y competitivo en el que Gijón Fabril se situaba entre los mejores del grupo", relató José Luis García Montes, responsable de acción sindical de CC.OO. haciendo hincapié en que "la ciudadanía de Gijón y Asturias también deben salir en defensa de la continuidad de la actividad en esta fábrica para constituir un frente común" al que también el sindicalista llamó a unirse al "colectivo empresarial y político de la región".

El dueño de Gijón Fabril se excusó, en el momento de plantear el concurso de acreedores de la planta de Porceyo, en la ausencia de carga de trabajo que sufría la planta debido a que Verallia había decidido comprar sus moldes a fábricas chinas que ofrecían precios un 40 por ciento inferiores a los de la fábrica de Porceyo y con los que no podía competir. Los 48 trabajadores de Gijón Fabril -que recibieron la pasada semana el apoyo de cientos de gijoneses en una manifestación-, afirmaron, que el cierre obedecía a la intención del empresario de desviar producción a otras de sus fábricas.