Las capillas dedicadas a San Antonio, Santa Rosa y Santa Elena quedan en la memoria popular de Gijón debido a las calles que las recuerdan, porque las tres fueron derribadas a finales del siglo antepasado. Además las tres estaban en la misma zona del ensanche jovellanista, muy cerca entre sí, y todas eran de propiedad privada con el dueño viviendo, en algún caso, en la casa anexa.
Al tema de las capillas gijonesas se acercó muy recientemente la historiadora María Prieto Vergara. Su trabajo "Inventario-catálogo de capillas populares y señoriales en el concejo de Gijón (Asturias)" obtuvo el XIII Premio de Investigación Rosario de Acuña, y fue editado en el año 2013. Recomendable su lectura, lo mismo que los trabajos, mecanografiados, no editados, de José María Patac de las Traviesas, del padre Patac, "Relación de las antiguas iglesias y capillas de Gijón", y otro estudio de título "Las capillas de Gijón", de Rufino Álvarez Meana. Del padre Patac (Oviedo, 1911-Gijón, 2002) nada que añadir salvo insistir en la magnitud de su figura, y de don Rufino decir que, fallecido en el año 2006 a los 81 años, fue profesor en el Instituto de Roces y director durante quince años del colegio Jovellanos. Los dos estudiaron con cierta intensidad al tema de las capillas de Gijón, y el resultado se conserva en la Biblioteca Asturiana del padre Patac. Pero más completo es el trabajo de María Prieto Vergara que incluye, además, las capillas de la zona rural no sólo las urbanas.
La capilla de Santa Elena era de propiedad privada, las tres lo eran, de la familia Costales en este caso, y se derribó a finales del siglo XIX. Los propietarios dedicaron el dinero obtenido por la venta del solar para apoyar económicamente la construcción de la iglesia de San José que se estaba levantando en El Humedal y que se inauguró en el año 1896. Nos referimos a la antigua iglesia de San José, la que estaba en la zona que hoy llamamos plaza del Humedal y que fue dinamitada durante la Guerra Civil. Cuenta Julio Somoza en su callejero, del año 1875, que en la capilla de Santa Helena (con "h" lo escribe Somoza) estaba una imagen de esa santa y que en ese tiempo ya estaba cerrada al culto.
Otra capilla, la de San Antonio, pertenecía a un conjunto llamado convento de Nuestra Señora de La Merced Descalza. La orden religiosa de los mercedarios, de La Merced, entrado el siglo XVIII levantó ese conjunto compuesto por convento, hospicio y capilla que se levantó en la zona que hoy ocupa la esquina de los primeros números impares de la calle La Merced y la de San Antonio. Enseguida se llamó San Antonio a la calle donde tenía su entrada la capilla, y calle de La Merced a la calle lateral.
Tanto el hospicio como convento se derribaron en fecha que desconocemos, y solamente quedó en pie la capilla que tenía a San Antonio como advocación. Capilla de San Antonio que, ya propiedad de la familia García Calleja, se derribó el día de San José de 1893. Era muy popular esa capilla porque cada 13 de junio, San Antonio, las jóvenes gijonesas allí acudían "para pedir un novio, un futuro marido".
La tercera capilla, la de Santa Rosa, también estaba en esa zona de Gijón. Tenía en su interior imágenes muy significativas. La principal la de Santa Rosa de Lima que daba nombre a la capilla; también una imagen de Santa Lucía, de ahí el nombre de la calle de Santa Lucía, y otra del Buen Suceso que también acabó nominando a otra calle de la zona. Ya se sabe que "buen suceso" quiere decir el nacimiento de Jesús, entendemos que la capilla tenía una imagen de la virgen quizás embarazada (como la Virgen de la O o la Virgen de la Dulce Espera) o una imagen de la virgen con el niño ya nacido.
La capilla de Santa Rosa era propiedad de la familia González Tuñón, fue demolida en el año 1873 al hacer el Ayuntamiento de Gijón una reordenación viaria de la zona.
El barrio, esa zona hoy tan céntrica de la ciudad, celebraba a principios de septiembre una fiesta que llamaban del Buen Suceso. La fiesta religiosa era en otra capilla, la de La Barquera, en la plaza del Marqués. Todavía en el año 1891, al mes de ser inaugurada la estatua de Pelayo, la prensa local hablaba de la "animadísima romería del Buen Suceso en la plaza de La Barquera con profusión de cohetes, numeroso público y bulliciosas giraldillas".
Donde estaban las capillas
La capilla de Santa Rosa estaba situada en la esquina de las calles de Santa Lucía y Santa Rosa, con la puerta de entrada donde hoy podemos ver el número 9 de la calle de Santa Rosa.
La de San Antonio la situaríamos en esa calle, en la esquina de San Antonio con La Merced, a la altura del número 1 de la calle de San Antonio. Por fin la de Santa Elena estaba en esa calle esquina con la de Contracay, aproximadamente ocupando lo que hoy es el número 9 de Santa Elena. Las tres con la entrada mirando al norte.
Todas las capillas urbanas
Limitándonos al Gijón urbano distinguimos entre capillas existentes y desaparecidas.
Existentes: Los Remedios, La Soledad, San Lorenzo, Trinidad, San Esteban del Mar, colegiata de San Juan Bautista, Nuestra Señora de Guadalupe, y la del Santísimo Sacramento y Purísima Concepción de Agustinas Recoletas en Cimadevilla.
Desaparecidas: Santa Catalina en Cimadevilla, derribada en 1898; La Barquera, en la plaza del Marqués, derribada ese mismo año; hubo varias capillas de Begoña, y en distintas ubicaciones pero muy cercanas, la primera se levantó en el año 1670 muy cerca de donde hoy está el teatro Jovellanos; la del Carmen, en la calle del Carmen, desaparecida también a finales del siglo XIX; la de Santa Ana que era la capilla del cementerio La Visitación, junto a San Pedro, derribada junto con el cementerio un tiempo después de inaugurarse el de El Suco en 1876; la de San Bernardo, en esa calle, entre las de Domínguez Gil y Emilio Villa; la de La Consolación en la zona que llamamos El Náutico, dentro de lo que era el Hospital de la Caridad, conjunto (hospital y capilla) derribado por el municipio en el año 1936, y la de El Conventín de las Agustinas Recoletas, que estuvo en la calle de San Agustín hasta el año 1949.
Tampoco podemos ver las capillas de Santa Elena, San Antonio y Santa Rosa, en las que nos hemos detenido un poco. No nos consta que se conserven fotos ni dibujos de ninguna de esas tres capillas.
