Llovía chuzos cuando Jandro le daba a Lorena el "sí, quiero" en la pedida de mano más trabajada y menos privada que se recuerda en Gijón. Ante algo más de un centenar de amigos y desconocidos -sumados gracias a las redes sociales-, y cobijados todos en un bar de Fomento, nadie se acordaba ya de que el Ayuntamiento de Gijón a punto estuvo de frustrar la fiesta al negarle a Lorena Álvarez la solicitud de ocupación de la plazoleta de El Naútico "para una declaración pública de amor" por sorpresa, a su pareja. Así, en esos términos, lo había tramitado por registro, y la negativa que recibió de la institución local la vivió como una tragedia. Temía Lorena que con ello se iba al traste todo el montaje con el que quería sorprender a su compañero en el día de su cumpleaños y a dos días de San Valentín. Pero en seguida hubo alternativas.

El eco mediático de su plan y su singular petición municipal le llevó a lograr la complicidad de los responsables de "La buena vida" para acoger, sin coste, la cita sorpresa. Para cuando el Ayuntamiento rectificó en su negativa la fiesta ya se había trasladado y la alternativa se convirtió ayer en una bendición que evitó que todo el mundo acabara calado. Lo que no se evitaron fueron la emoción y hasta las lágrimas que asomaron en algunos de los presentes.

"Jandro está en shock. Le tiembla el cuerpo entero. Igual que a mí", contaba Lorena Álvarez pasado el acelerón de la sorpresa. "Te quiero con locura pero te has pasado", le dijo él por lo bajito a su novia tras cumplir como un jabato y con cara de póker todas las estaciones de su particular vía crucis de San Valentín.

Jandro Carmona estaba festejando su cumpleaños por Gijón cuando le confesó a un amigo que daba por supuesto que "Lore me tiene algo preparado en casa". Pero ni se imaginaba cuánto. Al bar de Fomento donde le esperaba un público cómplice llegó con los ojos vendados. "No sabía ni dónde estaba", explicaba el protagonista. Para cuando pudo ver algo no daba crédito. "Está en shock. ¿No le ves la cara? No le llega la sangre al cuerpo", repetían los amigos. Del brazo de su madre, Eva Justicia, fue recorriendo una alfombra roja mientras se veía rodeado de globos con corazones, y le salía al paso la pequeña Adri, con una pancarta en la que se podía leer "Gracias por la familia que me has dado".

Al fondo, entonces, se desplegó una pancarta clarificadora: "¿Quieres casarte conmigo?". Lorena Álvarez, vestida de novia para la ocasión y del brazo de su amigo Gabi, llegó junto a su pareja. "Estamos aquí reunidos para celebrar la unión de Alejandro y Lorena", dijo un amigo de ambos, Jorge Cuesta, convertido en oficiante del enlace. Con el sí de ambos llegó el turno de los besos, las alianzas y los aplausos.

La madre del novio, Eva Justicia, observaba todo feliz. "Me enteré de todo este montaje hace quince días y me encantó porque soy una romanticona", reconocía. ¿Y al novio, le habrá gustado? "Seguro, porque va de duro pero es muy sensible", afirmaba. "Mi colega está flipando. Esto es una encerrona total", decía el oficiante. "Mi madre está loca; está como una cabra", apuntaba por su parte la pequeña Adriana, al hilo del montaje ideado por Lorena.

A la ceremonia no le faltó de nada: alfombra, alianzas, ramo de novia, regalos para los invitados... obsequios todos que les llegaron gracias a las redes sociales.