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Como en casa, en ningún lado

En tres años se ha reducido un 11,3% el uso de los baños públicos, que en 2015 se utilizaron 267.629 veces, la mayoría de ellas en verano y junto a las playas

Desde que se instalasen en los espacios públicos, los gijoneses y visitantes han tirado 2.783.481 veces de la cisterna de los 18 servicios públicos repartidos por toda la urbe. Sin embargo, a tenor de la evolución de los últimos años, cada vez se utilizan menos en la ciudad estas cabinas, cuya instalación depende de la empresa JCDecaux, encargada de las marquesinas de autobús. Así, cuando la necesidad aprieta, todo apunta a que cada vez más gente opta por aguantar, usar el servicio de algún local hostelero o, incluso, desafiar a la Ordenanza de Convivencia Ciudadana y regar de orín el suelo público.

Sea como fuere, el caso es que las cifras no engañan. En los últimos cuatro años ha ido descendiendo el número de usos de los servicios públicos, y eso que no hay que pagar si se tiene la tarjeta ciudadana. Sin embargo, a tenor de las estadísticas, la tasa que se debe abonar en caso de no contar con la identificación municipal debe de echar para atrás a potenciales usuarios de las cabinas. Da igual su reducido precio (0,30 euros). En España se lleva poco lo de pagar por miccionar, algo más habitual en otros países.

En 2015 se usaron 267.629 veces. Es decir, una media de 733 usuarios pasaron al día por las 18 cabinas repartidas por la ciudad. Sin embargo, la cifra es inferior a la de 2014, cuando se registraron 286.569 usos de los aseos públicos (785 de media diaria). Y también inferior a las de años anteriores: en 2013 se contabilizaron 282.457 usos (774 de media diaria) y en 2012, 301.723 usos (826 de media diaria). Es decir, el uso de los baños públicos cayó en un 11,3% en tres años.

Por mucha diferencia, las cabinas más utilizadas son las localizadas en zonas de asistencia masiva en el periodo vacacional. De hecho, las cifras apuntan a un mayor número de usos en los meses de junio, julio y agosto. Los baños cercanos a las dos principales playas urbanas son los más utilizados para evacuar. Paseantes y bañistas hacen de este modo buen uso de estas cabinas evitando, quizás, que el mar Cantábrico de la costa gijonesa sufra tantas descargas fisiólogicas.

En 2015, los aseos públicos más utilizados fueron los situados en el paseo del Muro de San Lorenzo. El ubicado en la zona central del mismo tuvo 38.577 usos (105 de media al día), la cabina que está a la altura de la escalera 3 dio servicio, por su parte, en 37.648 ocasiones (103 de media diaria); y la situada en la escalera 11, en 34.689 ocasiones (95 de media diaria).

A ellos le sigue el baño público instalado en las inmediaciones de la playa de Poniente, en el que se tiró de la cisterna 31.034 veces en 2015, es decir, una media de 85 veces al día. Precisamente, se ha pedido al gobierno local que amplíe el servicio en esta zona, dadas las colas que se originan en verano. Finalmente, el Ayuntamiento optará por habilitar baños no en cabinas, sino en las instalaciones del servicio de salvamento.

Fuera de las zonas de playa, la cabina que más se acerca a esas cifras es la situada en la céntrica calle de Donato Argüelles, con 19.254 usos registrados en el último año.

Por contra, las más infrautilizadas son los de la calle Puerto El Pontón, en el Polígono de Pumarín (1.051 usos); la situada en el parque de Las Palmeras (2.214); y, curiosamente, la del céntrico Cerro de Santa Catalina, con tan solo 2.013 usos, quizás debido a la abundancia de espacios verdes que facilitan la micción al aire libre.

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