Federico es un pequeño trébol nacido en un jardín español bajo los rayos del cálido sol. Todo marcha bien, rodeado de sus compañeros de prado, hasta que... ¡Sorpresa! Federico no tiene tres hojas, tiene cuatro, y esa diferencia lleva aparejado el rechazo y la soledad. Pero, con un poco de comprensión y una pizca de magia, la raro se convierte en único y excepcional y Federico vuelve a ser una brizna alegre en mitad de la pradera.

El cuento "Federico, el trébol de cuatro hojas" vio ayer la luz en el colegio Alfonso Camín de Roces de la mano de la Asociación Síndrome Noonan de Asturias y gracias al trabajo de un grupo de nueve madres entusiastas, artífices del proyecto "Mamicuentos". Y lo ha hecho para luchar por la integración de los niños diagnosticados con enfermedades raras.

La gijonesa Rebeca Abarca, presidenta de Noonan Asturias, fue quien tuvo la idea de adaptar para el Principado un proyecto que ya lleva años funcionando en el resto de España: un programa de sensibilización en el ámbito educativo denominado "Las enfermedades raras van al cole". "Es muy importante hacer ver a los niños que no pasa nada porque un compañero tenga una de estas enfermedades poco frecuentes, la diferencia no significa nada", explica Abarca. Y nada mejor para ello que poner sobre el escenario un cuento teatralizado que ponga en situación a los más pequeños.

Es justo lo que han logrado junto a las "Mamicuentos", un grupo de nueve madres que el año pasado, coincidiendo con el Día del Libro, respondieron a una petición del AMPA para organizar una actividad original. Se les ocurrió que podían montar un cuentacuentos, y desde entonces no han parado. "Nos gustó tanto la experiencia que seguimos, ahora vamos a las guarderías y a otros colegios", explica Eva Meana, profesora de baile y madre entregada a la causa.

Tan bien lo hacen que "nuestros propios hijos han llegado a no reconocernos", señala Margel Infiesta transformada en hada para la representación, "encantada" con un proyecto que, en el caso de Lorena Palicio, ha supuesto casi una salida profesional. "Ahora organizo cuentacuentos en locales, es un mundo que me encanta", asegura.

Su último proyecto las ha llevado a trabajar por la integración junto con Noonan Asturias, y ya tienen cerradas representaciones con "Federico, el trébol de cuatro hojas", en varios colegios de Gijón y Oviedo. "Es un trabajo precioso", señalan las madres, "felices" de contar con un auditorio tan atento. Ayer les tocó el turno a los niños de Roces, que ya saben que tener cuatro hojas "es un gran privilegio".