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La Milla, metro a metro

Algas directas al ojo

Neoalgae busca financiación para un centro de producción en Gijón y para culminar proyectos como la extracción de antioxidantes que mejoren problemas oculares

Por la izquierda, Fidel Delgado, María Álvarez e Ignacio Albert, en la sede de Neoalgae, en el Espacio Tecnológico Campus. ÁNGEL GONZÁLEZ

Es el mundo de las microalgas un campo tan vasto que llega hasta la vista. La empresa gijonesa Neoalgae, con sede en el Espacio Tecnológico Campus, está embarcada en numerosos proyectos de investigación, algunos tan novedosos que podrían significar importantes avances en el campo de la oftalmología. De hecho, la compañía trabaja mano a mano con el Instituto Oftalmológico Fernández Vega para estudiar la extracción y las propiedades específicas de la astaxantina, un antioxidante presente en las microalgas que se podría aplicar a la cura de problemas oculares como la degeneración macular, asociada a la edad y el envejecimiento.

Un técnico llegado a la clínica oftalmológica expresamente desde la Universidad de Oxford se encarga ya de las pruebas con células de la córnea y los bastones oculares. Se trata de "ver si la astaxantina que producimos en Neoalgae tiene más y mejores propiedades que la producida y adquirida fuera de Asturias para estas aplicaciones", señalan Ignacio Albert y Fidel Delgado, almas de un proyecto que lleva en marcha desde 2012 y que ya se ha hecho un importante hueco a nivel nacional. Porque, de hecho, en España sólo hay cuatro empresas dedicadas a la producción y proceso de microalgas para diferentes aplicaciones. En el norte son los únicos que lo hacen.

Biólogos de formación, los dos llegaron a la creación de una empresa de este tipo "un poco por la crisis y por la necesidad de hacer algo diferente". De momento lo están logrando, y el abanico de posibilidades que se abre ante ellos tiene un crecimiento exponencial. Porque las algas "no sólo se comen". Los gijoneses han logrado en tiempo récord una patente de suplemento alimenticio a partir de microalgas, pero la labor de su planta, ubicada en Oviedo, va mucho más allá.

"El mundo de las microalgas está empezando, y tiene muchísimo potencial", sostiene Fidel Delgado. De hecho, algunos de sus trabajos van dirigidos a analizar el aprovechamiento de las emisiones de CO2 de las instalaciones de incineración de residuos y de las aguas contaminadas para cultivar microalgas que a su vez se podrían usar como materia prima para la producción de biocombustibles y biogás.

Otro de los campos con posibilidades es el de la cocina saludable, apuntan los técnicos. Así también trabajan en el desarrollo y comercialización de un fotobiorreactor denominado AlgaChef, "idóneo para el cultivo de la microalga Spirulina y adecuado para ser incorporado en cocinas profesionales". Se utiliza en la elaboración de platos y bebidas saludables. Y también estudian la producción de un aceite enriquecido en Omega 3 a partir de cultivos de microalgas.

Con tanto abanico de posibilidades los gijoneses han decidido dar el salto del laboratorio a la producción, y sus planes pasan por crear una planta industrial en Gijón para la producción de unos 300.000 litros de microalgas al año, que cuente con una máquina específica para la extracción de los compuestos de interés. Acaban de concurrir en varios proyectos europeos, y aunque han obtenido un sello de certificación de calidad, se han quedado a las puertas de la financiación. "Sólo tres proyectos de los más de 80 que concurríamos se llevaron el dinero", señala Ignacio Albert.

Así las cosas, y ante la constatación de que la salida de futuro a su proyecto es la internacionalización, los gijoneses están inmersos en la búsqueda de inversores. Se plantean una campaña de "crowdfunding" incluso la venta de la empresa para incorporarla a un grupo más fuerte. Les hace falta "algo más de un millón de euros" para la puesta en marcha de la planta de producción en Gijón, que irá ligada a la ampliación del Parque Científico y Tecnológico, y para este año tienen prevista la incorporación de dos nuevos trabajadores, que se sumarán a los seis biólogos con que ya cuenta la empresa.

"Hacemos investigación de mucho riesgo, y si sale mal podemos perder la inversión", explican Ignacio Albert y Fidel Delgado, quienes señalan cómo "hemos tenido financiación a posteriori, pero antes hemos tenido que adelantar nuestro propio dinero para echar el trabajo adelante". El reto, ahora, es dar un nuevo impulso a la comercialización de sus productos.

Ya venden en la web sus productos, complementos alimenticios y para la alimentación en acuicultura, pero "vamos a empezar a vender en plataformas como Amazon para poder llegar más lejos", indican. Hace unos años estuvieron de visita en Israel, donde la producción de microalgas viene de lejos. El camino en otros países ya está trillado, pero en el caso de España empiezan a desbrozar el sendero. Una revolución verde en la que, de momento, llevan ventaja.

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