La Policía Nacional de Gijón y la Fiscalía de Menores de Asturias dieron ayer los primeros pasos dentro de la investigación abierta el pasado martes y con la que se pretende clarificar una violenta pelea entre dos alumnos del colegio San Miguel, de Pumarín. Las familias de dos chicos se han denunciado mutuamente en la Comisaría de El Natahoyo, ofreciendo versiones contradictorias. Ambos adolescentes se acusan el uno al otro de acoso escolar mientras que desde la dirección del colegio gijonés mantienen que el problemas se liminta a un enfrentamiento entre los dos alumnos, de 13 y 14 años de edad.

Las trifulcas empezaron, según el testimonio de los primeros padres que interpusieron una denuncia en la Comisaría, en el mes de noviembre. Fue entonces cuando a las puertas del centro se produjo una violenta pelea que fue grabada en un vídeo que posteriormente apareció colgado en las redes sociales. "Las imágenes están sesgadas, mi hijo se estaba defendiendo del otro niño", argumentó ayer la madre del presunto agresor. Pero la pelea no acabó ahí.

El enfrentamiento continuó entre ambos chicos durante semanas con, aseguran los denunciantes, insultos y reproches mutuos. El pasado martes los adolescentes llegaron de nuevo a las manos. El colegio decidió entonces sancionar a los dos alumnos de primero de la ESO con tres días de expulsión y dio parte de lo sucedido a la consejería de Educación del Principado.

"Mi hijo no puede ni salir de casa porque le está siempre amenazando su compañero de clase", aseguró en un primer momento la madre de uno de los alumnos. La madre del otro asegura, sin embargo, que "eso es completamente falso, tenemos informes médicos que demuestran las lesiones que tiene mi hijo y las consecuencias del acoso al que le somete el otro chico. Lleva dos años con crisis de ansiedad". El caso se encuentra ahora bajo investigación. La Policía y la Fiscalía tomaron ayer declaración a varios compañeros de clase de los dos jóvenes implicados en el caso.