El Ateneo Obrero de Gijón aprobó ayer un presupuesto para 2016 de 41.600 euros, frente a los cerca de 46.000 euros del presupuesto de 2015. Según explicó el presidente de la entidad, Luis Pascual, el objetivo es mantener el mismo nivel de actividad de años precedentes sin incrementar los gastos. Desde el año 2008, el Ateneo Obrero, al igual que otras asociaciones, ha visto cómo la crisis económica se traducía en un descenso progresivo de las subvenciones públicas a la entidad.

En la asamblea general ordinaria de la entidad, la directiva del Ateneo Obrero facilitó ayer el balance de 2015 y el proyecto de actividades y presupuestos para 2016.

Uno de los problemas que durante estos años ha tenido que afrontar el Ateneo Obrero, similar para otras entidades en las que parte del presupuesto depende de subvenciones, es que las mismas se conceden a mediados de cada año y se abonan en el ejercicio siguiente, mientras que los programas para los que se solicitan se tienen que presentar a principios. Esto supone que se tienen que programar actividades sin conocer a priori si se van a obtener las ayudas previstas para las mismas.

Las cuentas de 2015 del Ateneo Obrero resultaron equilibradas, con iguales ingresos que gastos, pero eso fue debido al pronto pago de la subvención de 2015, con lo que en ese ejercicio se han contabilizado las ayudas públicas de dos años.

A continuación de la asamblea anual ordinaria, el Ateneo Obrero celebró una asamblea extraordinaria para elección de la directiva, en la que se renovó el mandato a la directiva saliente: Luis Pascual como presidente; Emilia Vázquez, vicepresidenta; Leonardo Borque, secretario; Ángel Alonso, vicesecretario; Noé López, tesorero y como vocales Boni Ortiz y Julio Herrera.