El Servicio de Salud del Principado (Sespa) y los cuatro centros concertados sanitarios sin ánimo de lucro que realizan actividad para la red pública firmaron ayer los respectivos convenios singulares que llevan aparejados tanto compromisos de actividad por parte de los centros como financieros por parte del Sespa. En el caso de Gijón, la firma implicó al hospital de la Cruz Roja y a la Fundación Hospital de Jove, con una repercusión financiera anual de 15,2 millones anuales para el primero -con otros dos millones añadidos más para el centro de hemodiálisis de Oviedo, vinculado a Cruz Roja- y de 34,7 millones para Jove. Unas cifras que no quedan así recogidas en el convenio firmado ayer ya que ese sólo contempla los nueve meses (del 1 de abril al 31 de diciembre) que están sin facturar. En total, los dos centros citados más el Sanatorio Adaro y la Fundación Hospital de Avilés "recibirán este año 63,6 millones de euros", indicó el consejero, Francisco del Busto.

Las principales novedades de la firma vienen dadas por ampliaciones de actividad en Jove y Cruz Roja, y también por el cumplimiento de diversos compromisos detectados como "puntos negros" por la Sindicatura de Cuentas en su análisis de los conciertos.

En el apartado de novedades de actividad, por parte del hospital de Jove se ha recogido la financiación de más de un millón de euros correspondiente al gasto generado en 2015 en tratamientos de hepatitis C (generados por 45 pacientes), y como ampliación de cartera de servicios se recoge la ya anunciada incorporación de una unidad de hemodiálisis que dará atención a 32 pacientes y que se espera que entre en funcionamiento para el segundo semestre del año.

En el caso del hospital de la Cruz Roja, el consejero de Sanidad, Francisco del Busto, se refirió al inicio de un programa de fracturas de cadera, asociado a la unidad de geriatría de que dispone el hospital. El programa, que empezará su rodaje en unos días, supone que los pacientes mayores de 65 años que sufran una rotura de cadera de las que están típicamente asociadas a la edad, serán valorados en las urgencias de Cabueñes pero una buena parte de ellos -aquellos pacientes sin complicaciones añadidas que obliguen al ingreso en el propio Cabueñes- serán remitidos directamente a Cruz Roja para su operación en un plazo urgente. Este programa, que entra dentro de la denominada ortogeriatría, replica el que ya existe desde hace años entre el HUCA y el hospital Monte Naranco, que permite librar a los quirófanos de los grandes hospitales de las intervenciones de menor complejidad. Además, dado que muchos de esos pacientes acababan remitidos a Cruz Roja para su rehabilitación y recuperación funcional, el nuevo programa permite un seguimiento más integral del paciente.

Por añadidura, esas derivaciones deberían permitir que el servicio de Traumatología de Cabueñes, que sufre una rémora en su lista de espera, gane tiempo de quirófano para sus pacientes con más demoras. Según las estadísticas, en Cabueñes se atiende una media de una fractura de cadera al día de pacientes mayores, lo que supone una alta incidencia.

Por lo que respecta a las novedades que tienen que ver con indicaciones de la Sindicatura de Cuentas, éstas están relacionados con la forma en que se materializaban los convenios, tanto en términos económicos como de recogida de datos y fraccionamiento de facturaciones. Esos registros originaron un reproche de la Sindicatura al que se sumaron diversos grupos parlamentarios que echaron leña sobre esas irregularidades. En este sentido, Cruz Roja pasa de ver reconocida una facturación de 13,8 millones, como ocurrió el pasado año, a 15,2 millones para este 2016, cifra que se ajusta más a la realidad de la actividad en el centro en los últimos años. "Son convenios más reales, donde se deja constancia más clara de las tarifas y otras cuestiones", reconoció el consejero de Sanidad, que a la vez remarcó que "demuestra nuestro compromiso claro con el Parlamento y con la Sindicatura".