"El peor año con gran diferencia. Es terrible". La frase sonó ayer repetida en muchos colegios y escuelas infantiles de Gijón de la red pública. Los 1.479 puestos escolares para alumnos de infantil de 3 años que se ofrecían en dicha red para quienes el próximo año se van a incorporar al sistema educativo resultaron más que suficientes para las poco más de mil solicitudes registradas estos días en el total de los centros. Con cifras aún aproximadas -porque la consulta en los centros se llevó a cabo cuando aún no estaba cerrado oficialmente el plazo de admisión- el primer balance que no distará mucho del resultado final es de más de 400 plazas vacantes en la red pública.

En la red concertada, donde la oferta era de 675 puestos escolares en ese mismo nivel, la situación quedó más nivelada, casi a la par entre oferta y demanda, pero sin que se registren las grandes bolsas de excedentes que hubo antaño. A falta de los datos del colegio de la Inmaculada, donde este año la dirección evitó concretar la cifra final de solicitudes -días antes del cierre del plazo rondaban ya el lleno-, sólo La Asunción, Montedeva, San Vicente y Virgen Reina podrán derivar alumnos sobrantes a otros colegios: en torno a una treintena. En el Codema, Dominicas y La Milagrosa hubo tanta demanda como oferta, sin excedentes. Y en Patronato, Santo Ángel, San Miguel, San Lorenzo y San Eutiquio quedaron cerca de 30 plazas libres.

En la red pública, sólo en cinco centros se confirmaba ayer que iban a tener que baremar entre todas sus solicitudes, al haber registrado más demanda de la que era posible admitir. Y en algún caso, si pueden usar las plazas de reserva porque no tengan alumnos con necesidades especiales, ni siquiera se dejará a nadie fuera. Esos colegios con excedentes eran ayer Atalía, Martínez Torner, Honesto Batalón, Río Piles y Severo Ochoa. Y entre todos apenas suman 25 alumnos sobrantes. En el resto de colegios y escuelas infantiles, 30 de los 35 públicos del concejo, las vacantes estaban a la orden del día. El temor que ayer quedó instalado entre muchos equipos directivos del concejo es que con semejantes cifras se avecine un recorte de unidades y la consiguiente pérdida de puestos de trabajo. Pero más allá de eso, la reflexión era general sobre el incierto futuro de una comunidad "con unos índices demográficos tan malos. La caída es tan general que ya no te planteas que tu centro esté haciendo las cosas mal, o cómo puedes mejorar. Los niños no llegan porque no los hay. El año 2013 fue el de una gran caída de natalidad y esos son los escolares que deberían estar ese año matriculándose. Tampoco hay población inmigrante que llegue, y mucha de la que había se ha ido, y muchas parejas jóvenes se han ido fuera a trabajar. Esa es la realidad y lo que explica un año tan malo", comentaban ayer, de forma coincidente, muchos directores.