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Un estudiante de 9,28 sobre 10

El ingeniero gijonés Diego Turrado, afincado en Alemania, recoge mañana el Premio Nacional de Fin de Carrera

Diego Turrado, en una imagen tomada en Alemania.

El gijonés Diego Turrado ha dedicado buena parte de su vida al estudio, y mañana miércoles tendrá su recompensa en forma de Premio Nacional de Fin de Carrera, un galardón que reconocerá las 17 matrículas de honor y 13 sobresalientes que obtuvo cuando cursaba estudios de Ingeniería Técnica Industrial en la Escuela Politécnica de Ingeniería con especialidad en Mecánica, carrera que finalizó en 2012. De hecho ya entonces fue premio al mejor expediente de la Universidad de Oviedo, pero le falta el "premio gordo", interrumpido por la reclamación de un alumno el año pasado.

Finalmente será el miércoles cuando reciba su acreditación en un acto solemne, y para hacerlo tendrá que volar desde Alemania, país en el que había fijado sus objetivos cuando acabó los estudios y en el que finalmente desarrolla su carrera profesional, en el sector de la automoción.

Turrado cursó un año de su Máster en Gijón, antes de desplazarse a Karlsruhe, en el suroeste de Alemania, para cursar el tercer semestre de su máster. El cuarto y definitivo, con la elaboración de la tesis de máster lo cursó en la localidad de Regensburg, en la empresa Continental. Con ellos hizo prácticas por tres meses y trabajó durante un año como ingeniero de diseño de inyectores para sistemas common rail.

A principios del año pasado se cambió a la empresa AVL, en la que trabaja en el sector de la programación de los microcontroladores de los coches. Ya tiene un contrato indefinido y pocas perspectivas de regresar a España, donde la falta de oportunidades sigue siendo evidente.

Además de un currículum impecable Diego cuenta con la baza de haber llegado a Alemania controlando el idioma. "Al ser ingeniero y saber alemán lo tienes más fácil", reconoce. Y en ello también tiene buena parte de culpa la "buena formación" que, a su juicio, reciben los ingenieros que salen de la Politécnica gijonesa. "Se nota la calidad de la formación", asegura Diego Turrado, si bien "se echa de menos una formación más práctica, aunque lo cierto es que en España no hay dinero para ello; en Alemania los estudios son más prácticos", señala.

Sus aspiraciones, de momento, pasan por consolidar su carrera en el país germano, en el que se ha sentido bien acogido. El miércoles regresará a España y podrá presumir de su media de 9,28 sobre 10, unas notas que no están al alcance de cualquiera. Y que, como él mismo confesaba entonces, no tiene más mérito que la organización y el estudio diario. Eso, y una cabeza privilegiada que le ha valido el aplauso a nivel nacional.

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