En el callejero gijonés, concretamente en el barrio de El Coto, hay un homenaje explícito al "filántropo Carlos Sánchez García". La circunstancia poco habitual de elevar el nombre de un buen vecino, en vida, al callejero local, se la tuvo que saltar la Corporación municipal en diciembre de 2011, cuando se aprobó que a sus cien años ya era difícil que "don Carlos" hiciera más méritos para ganarse el respeto de la ciudad.

El compromiso social de este economista nacido en Bilbao en 1911, extesorero de la Cocina Económica, expresidente de la Adoración Nocturna, vicepresidente de Amigos de Covadonga, exconsejero de Acción Católica, cofundador de Hermano a Hermano y también de Proyecto Hombre, entre otras entidades, llegó hasta ayer, cuando falleció en Gijón a los 104 años. El funeral por su descanso, que será de nuevo un gran homenaje a un católico de profundas raíces, tendrá lugar hoy a las seis de la tarde en la iglesia de San José.

Hombre tolerante, generoso, sereno, siempre dispuesto y trabajador insaciable, sus colaboradores durante décadas llegaron a decir de él que "siempre da mucho más de lo que se le pide", que era tanto como describir su pasión por la vida y la colaboración solidaria.

Formado en la Universidad de Deusto, donde cursó Comercial, profesionalmente se inició en la Unión Comercial Vidriera, del grupo de Cristalería Española en Saint Gobain. Antes había sido jefe del servicio de estadística y racionamiento de Vizcaya, en los años de posguerra. Llegó a Gijón como jefe administrativo de Gijón Fabril, pero desde 1970 pasó a Cristalería de Avilés, donde fue director administrativo. Tras jubilarse, en 1977, se consagró a la actividad solidaria. Con cien años seguía revisando todas las cuentas de la Cocina Económica y en 2012, en una audiencia con los Príncipes Felipe y Letizia con motivo de los Premios "Príncipe de Asturias", en su caso asistiendo en la comitiva de Proyecto Hombre por su 25 aniversario, a Carlos Sánchez, a punto de cumplir 101 años y en silla de ruedas, la Princesa le preguntó cual era la receta de la longevidad y el dijo "trabajar mucho, y yo lo hice toda la vida". Viudo de María Pilar Marín Aldasoro, deja una amplia familia encabezada por sus cinco hijos y trece nietos.