La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La unidad de mama de Cabueñes cumple una década con 6.000 consultas anuales

La detección de nuevos cánceres ronda los 200 al año, que aún derivan en 70 amputaciones aunque con más cirugías enfocadas a la reconstrucción

Detalle de un ramo de flores en el cartel de la sala de curas. A. F.

La unidad de mama de Cabueñes, constituida como un equipo de trabajo para enfrentar los numerosos casos de cáncer de pecho del concejo con una acción coordinada de cirujanos, patólogos, radiólogos, oncólogos, radioterapeutas, rehabilitadores y psicólogos -entre otros- cumple diez años. Una década que se traduce en la satisfacción de los profesionales por poder abordar los casos de cánceres de mama de las gijonesas con la certeza de que se está haciendo "un trabajo multidisciplinar y coordinado".

Así lo siente la cirujana Luzdivina Santamaría: "Trabajar con una visión integral del cáncer de mama no debería ser un lujo; es una necesidad. La mejor sensación que deja este aniversario es la de sentirse un equipo multidisciplinar, donde yo opero a la mujer pero sé qué le van a hacer después, quién y cómo, porque todo eso lo hemos hablado en la reunión".

Se refiere a la reunión de los miércoles, donde cada semana se ponen en común entre los diversos especialistas los nuevos casos que llegan, se completa la información de las cirugías de esa semana, se reflexiona, y se acuerdan los recorridos terapéuticos que debe completar cada paciente. Con los profesionales reunidos en Cabueñes, y con presencia de los radioterapeutas por videoconferencia, el trabajo se pone en común.

Y trabajo hay mucho. Los datos de la unidad de Cabueñes, impulsada en su día por la hoy alcaldesa Carmen Moriyón, dicen que el pasado año se cerró con 195 casos nuevos de cáncer de mama -a los que habría que sumar los diagnósticos de Jove para tener el volumen total del concejo-. Al principio se arrancó con 150 casos, y "hace varios años que estamos rondando los 200 diagnósticos", indica la doctora Santamaría. Por las consultas de la unidad, a la que están asignadas cuatro cirujanas -Desirée Díaz, Berta Fernández, Sara López y la propia Santamaría, la enfermera Pilar Barbero y la auxiliar Ana Martínez- se ven unas 6.000 citas. En 2015 fueron más de 3.800 revisiones y 1.585 nuevas consultas.

Y es un suma y sigue porque, como explica la doctora Santamaría "nosotros no damos altas. Si una de cada ocho mujeres tiene probabilidad de acabar desarrollando un cáncer de mama, esa probabilidad se multiplica cuando hablamos de que quien tuvo uno puede desarrollarlo en el otro pecho. Así que en nuestra consulta seguimos a todas las pacientes que entran, aunque sea para una mamografía anual". A ello se suma las mujeres sin enfermedad pero con antecedentes, que también pueden tener seguimiento en Cabueñes, o otros grupos de riesgo.

Las estadísticas actuales también describen una realidad: que pese a la prioridad de la cirugía conservadora, entre el 35 y el 40% de los casos de cáncer van a obligar a realizar una amputación. El pasado año fueron unas 70 las cirugías radicales o mastectomías que se llevaron a cabo, siendo un dato "que se mantiene bastante estable, no vemos que se reduzca el número", comenta Santamaría.

De la evolución de estos diez años sí que es reseñable que, al menos, se ha podido incrementar el número de cirugías con colocación de expansor -las que posibilitan de una forma más sencilla las futuras reconstrucciones del pecho amputado-. "Ahí sí que se puede decir que hemos una ganado una batalla con los radioterapeutas, ya que antes eran reacios a dejarnos ponerle el expansor a una mujer a la que se le amputaba el pecho, si se presuponía que iba a tener que pasar por radioterapia. Hay casos que no resultan bien, pero la realidad y las evidencias han verificado que la radioterapia no influye tanto como se creía en cómo va evolucionar el expansor". Y por eso, "es una alternativa que le ofrecemos a todas las mujeres para las que creemos que es adecuado, porque es la primera oportunidad que tiene una mujer para reconstruirse el pecho, de la manera más fácil, en el futuro. Y si se puede y se quiere, esa oportunidad no hay que perderla", sostiene Luzdivina Santamaría. El año pasado cirugías con expansor se realizaron unas 30.

La cirujana también es muy clara: "no hay dos cánceres de mama iguales, por eso la variabilidad de tratamientos es grande. Nadie puede compararse a otra". Otro logro de esos 10 años es, claramente, "haber podido incorporar una psicóloga clínica a la unidad".

Compartir el artículo

stats