Pese a los dieciocho grados que marca el termómetro del agua del mar en la bahía, no es un clima cálido para encontrarse delfines en la playa de San Lorenzo. De ahí la sorpresa que se llevaron el lunes los casi cincuenta alumnos de sexto de Primaria del colegio Los Pericones mientras participaban en un cursillo de surf entre la Escalerona y la escalera 7.

Eran las diez y media de la mañana y mientras atendían a las indicaciones de sus monitores de Tablas Surf School, desde la orilla vieron a lo lejos aletas asomando a la superficie que resultó ser una manada de siete delfines, de buen tamaño a excepción de una cría. "Los críos se pusieron histéricos pero luego, al ver que eran delfines quisieron ir para ellos muy decididos", relata el monitor Miguel García Laviada. Por su tono de piel oscuro, describe, parecían calderones que se encontraban a la altura de las boyas.

Al acercarse los niños, comenzaron a inspeccionar el terreno pasando por debajo de las tablas e incluso saltando ante ellos mientras emitían sus silbidos característicos. "Estaba todo en calma y aparecieron", relata Irene García. "Los había visto en el zoo pero no los había tocado nunca. Tuve la suerte de que me tiré de la tabla y a uno le rocé un poco con el pie", confiesa Paula Albalá que reconoce que fue un día inolvidable. "Fue algo raro y al mismo tiempo muy emocionante", describe.