Enseñar y aprender no saben de edades. Es la filosofía de los centros de mayores Puerto de Somiedo del Polígono y polivalente de recursos Clara Ferrer, además del colegio Evaristo Valle y del Instituto Rosario Acuña. Niños y mayores convivieron y se repartieron los roles de enseñante y enseñado de una forma curiosa.

Por ejemplo, el colegio Evartisto Valle acogió ayer una jornada en la que los usuarios del centro de mayores del Polígono enseñaron a los más pequeños cómo eran los juegos de antaño. "Por ejemplo, el pañuelo y la comba, que los niños ahora no saben entrar a la cuerda", cuenta José López, presidente de este colectivo de mayores. Para él, compartir tiempo con los escolares es una experiencia única. "¡Teníamos que vernos más veces! Todos estamos encantados de participar, todos aprendemos algo de la experiencia", añade.

No fueron los únicos. Y es que los alumnos del Instituto Rosario Acuña participaron la pasada semana en el proyecto "aprendizaje-servicio" en colaboración con el centro polivante de recursos "Clara Ferrer". "El objetivo es compensar la soledad de nuestros mayores y favorecer una relación de afecto entre las distintas generaciones", explica Isabel Puente , directora del Rosario Acuña. "Fue una experiencia muy emocionante", agrega.

Así las cosas, los estudiantes del Rosario Acuña organizaron talleres para los mayores del "Clara Ferrer" que trataron sobre vida saludable, mitología, química, estrategias memorísticas y matemáticas, a lo que hubo que añadir un concierto. Los estudiantes fueron los encargados de difundir la actividad mediante el diseño de trípticos y carteles.