La labor de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca también ha supuesto que "cientos de vecinos de Gijón se hayan beneficiado", resaltó Carmen Moriyón en su discurso, para señalar a renglón seguido que fruto de su acción se ha conseguido introducir cambios en la normativa legal, además de dar a conocer de forma amplia las consecuencias sociales de los desahucios a quienes no pueden pagar por sus viviendas. La alcaldesa ensalzó su labor de difusión para zanjar la polémica en que se vio envuelta la concesión de la distinción, arropada ayer por decenas de familias que han sido objeto de la ayuda de la Plataforma.

Del mismo modo, Moriyón reconoció la labor de la Federación de Asociaciones de Vecinos Rurales "Les Caseríes", quienes han tenido mucho que ver en la lucha para conseguir "un equilibrio entre la zona urbana y la rural que es muy frágil", y en el que "la atención durante décadas ha sido de forma mayoritaria para el casco urbano". En este sentido, la alcaldesa llamó la atención sobre la defensa que sobre este ámbito ha llevado a cabo "Les Caseríes", que "coincide con el interés general", y se comprometió a tener más en cuenta los anhelos de las parroquias rurales".

Y para finalizar el acto, Moriyón entonó un sentido "yo de mayor quiero ser como Quini", recién nombrado Hijo Adoptivo de Gijón, porque "es muy difícil decir algo sobre él que no sepamos todos". Enrique Castro González apenas levantó la mirada del suelo mientras sobre el telón de fondo se proyectaba un montaje con imágenes de toda su trayectoria, y mientras el patio de butacas estallaba en el aplauso más sonoro de la velada. Fue uno de los más emocionados, "ya lloré viendo el vídeo antes y ahora no quería volver a hacerlo", confesaba instantes después, y además de todo ello es "ejemplo para todos por su personalidad risueña y optimista", recalcó la Alcaldesa.

Con la ovación al exjugador del Sporting y el Barcelona y la tradicional foto de familia de todos los premiados y representantes municipales sobre el escenario del Jovellanos concluía un acto al que asistieron numerosos concejales del Ayuntamiento y rostros habituales de la sociedad gijonesa, junto con miembros y simpatizantes de las entidades premiadas. Todos ellos con el ánimo de festejar "el logro de mejoras sociales en beneficio de la colectividad". Porque, como resumió Carmen Moriyón, las medallas de plata suponen "un timbre de gloria para cualquier ciudadano de Gijón".

Las lágrimas que muchos de los distinguidos derramaron ayer y los testimonios entrecortados por la emoción del momento así lo atestiguan.