"No me dedicaría a la música si fuera para cantar un único tipo de repertorio"

-Su actividad pedagógica ha sido amplia en los últimos años, ¿cómo lleva dar clases en Gijón?

-De Gijón me gusta que las clases sean accesibles económicamente para los alumnos y que me dan "carta blanca". Puedo dar las clases a mi manera, dentro de la seriedad que yo planteo

-¿Qué reconocimiento y acogida hay en España de los "falsetistas"?

-Personalmente, creo que "falsetistas" es un término insuficiente para referirse a los contratenores. Solo hace referencia a una de las partes de la voz que usamos. El contratenor es un tipo de voz que se restauró hace cuarenta años. Desde entonces, ha habido una gran acogida del público y un amplio repertorio que cantar. Los jóvenes muestran mucho interés por estudiar. Está tan normalizado como un tenor o una soprano. Un síntoma de la naturalización de los contratenores es que yo sea el artista residente en el próximo ciclo del Centro Nacional de Difusión Musical de Madrid. El escogido para mostrar todas sus facetas.

-Sin embargo, te fuiste a estudiar a Suiza

-Sí, en España en aquella época, y todavía ahora, es difícil recibir una formación sólida, amplia, segura y respetada.

-Como cantante su repertorio musical es muy amplio: desde música antigua a contemporánea.

-Tengo un carácter muy curioso. La mayoría de los contratenores suelen especializarse en un tipo de repertorio, pero yo no podría vivir así. No me dedicaría a la música si fuese para vivir acomodado en un único repertorio. Hoy estoy aquí cantando música inglesa de Purcell, en una semana daré un concierto de música contemporánea y unos días después de música medieval? Trascender en un tipo de música me ofrece vivencias y recursos técnicos y expresivos que puedo aplicar en otro. Lo contrario me empobrecería. En la música los repertorios son compartibles: otra cosa es el gusto y la inteligencia con la que lo haces.

-¿Esa versatilidad en su profesión le ha supuesto un aumento de trabajo?

-Sí, tengo una alta carga de trabajo. Pero también la suerte de poder elegir. Una de las palabras que más felicidad me ha dado ha sido la palabra "no". He aprendido a rechazar trabajos, lo que me ha proporcionado libertad, pero también responsabilidad. Ser tan ecléctico requiere agilidad mental para saber adaptarme a los cambios y hacerlo de forma interesante. A veces es arriesgado, pero ahí entra mi responsabilidad.

-¿Cómo afecta a la voz de un cantante profesional el paso de los años?

-El uso de la palabra "afecta" denota una desmejora. Al contrario de lo que se piensa, en la música no hay años dorados. Hay una época en la que quizás, sí, te aplauden más y firmas más contratos, pero eso no significa que tu voz esté en su año dorado. Mi técnica ha sido aceptar mi voz y saber aprovecharla a lo largo del tiempo. Esta filosofía no solo me ha ayudado a disfrutar de mi profesión, sino que ha cambiado mi manera de enfrentarme al sufrimiento o a la enfermedad. Antes, los fracasos eran un sufrimiento terrible y el éxito aparente era un gran subidón? Pero no todo es tan grande ni tan pequeño. Hace diez años mi voz era más fresca, pero hoy tiene más grosor y está cargada de color, el que he vertido con las vivencias y con la habilidad que he ganado con los años.

-Mucha gente asocia al contratenor con la juventud y la frescura, ¿es verdad que tienen fecha de caducidad?

-Se tiene la idea de que la carrera de un contratenor es corta, pero es falso. Mi maestro de cuando tenia diecinueve años tenía sesenta y seis y cantaba maravillosamente. En el contratenor ocurre como en otras voces, depende de la técnica y del repertorio que elijas.

-Me imagino que tendrá una agenda muy apretada para este verano

-Sí... Aunque mi próxima parada es aquí cerca, en Cardona, Cantabria, donde daré un recital con el grupo asturiano" Forma Antiqva".