Con la imagen del Sagrado Corazón presidiendo la eucaristía y la Santina de Covadonga a su izquierda comenzó ayer su labor pastoral en Gijón el nuevo rector de la popular Iglesiona, la basílica del Sagrado Corazón de Jesús, Víctor Manuel Cedrón Castaño. Lo hizo arropado por una decena de sacerdotes y numerosos fieles de su parroquia hasta esta misma semana, Pola de Laviana, para relevar en el cargo a Álvaro Iglesias, quien regresa a Oviedo para ser capellán del oratorio de las Esclavas y que ayer también estuvo presente en la misa del "relevo".

Tomó posesión de su nuevo destino Cedrón en una celebración solemne, con la iglesia llena, el coro parroquial, los niños de la Escolanía de la Basílica y la cercanía que le brindaron sus feligreses de la unidad parroquial de Laviana, con el alcalde, el socialista Adrián Barbón, acompañando a la comitiva. "Fui muy feliz con vosotros", reconoció Cedrón en su intervención, antes de dar las gracias al regidor por "su empeño y su amistad". Y mostró acto seguido su disposición a comenzar cuanto antes el trabajo en una nueva parroquia llamada a ser "sosiego de nuestras vidas en medio del bullicio de la ciudad".

La llegada del nuevo rector a la Iglesiona también estuvo marcada por la cercanía en las presentaciones. No en vano, le correspondió darle la bienvenida al hasta ahora arcipreste de Gijón, Juan Manuel Hevia, nuevo párroco de Pola de Siero. "Una ocasión especial", reconoció, porque "antes de dejar la ciudad he de presentar a uno de mis compañeros de ordenación sacerdotal". Cedrón, como recordó Hevia, dio sus primeros pasos en la fe al abrigo del manto de la Santina, en la Escolanía de Covadonga, antes de pasar al Seminario en Oviedo. Y, cosas del destino, también pasó por Pola de Siero, en su primera labor parroquial antes de ser secretario del arzobispo Carlos Osoro. Después cursó estudios en Roma para regresar a Pola de Laviana como párroco, y finalmente ha recalado en Gijón "tras tres rectores y un vicerrector", como enumeró Juan Manuel Hevia, quien pidió para él "capacidad de acogida, respeto porque cada sacerdote es diferente y diocesaneidad, porque no somos una isla independiente; la basílica es un referente".

Con esa voluntad se presentó el flamante rector tras recibir la muceta parroquial, llenó su discurso de agradecimientos a quienes le precedieron, a quienes prepararon con esmero la eucaristía de bienvenida, al párroco de San Pedro, Javier Gómez Cuesta, por su presencia acogedora en su primera misa y, de forma singular, a la directora general de Patrimonio Cultural del Principado, Otilia Requejo. Con ella, recordó, trabajó codo con codo para la catalogación de las vidrieras de la basílica del Sagrado Corazón como bien de interés cultural (BIC), una protección que "esperemos que un futuro se pueda hacer extensible a su singular arquitectura modernista y sus grandiosas pinturas", dejó caer el nuevo rector.

Finalizada la celebración solemne, Víctor Manuel Cedrón quiso tener un gesto de cercanía con todos sus nuevos feligreses, muchos de los cuales no dudaron en hacerle fotos y a quienes "iré conociendo poco a poco como vosotros me iréis conociendo a mí; mis pecados se ven muy rápido".

Ya ataviado de calle, Cedrón salió a la puerta de la Iglesiona para saludar a los fieles y hacerles una petición: "No dejéis de rezar por mí".