Mantener vivo el recuerdo de lo que supuso la Universidad Laboral de Gijón para las casi sesenta mil personas que pasaron por sus aulas e ilustrar esa relevancia -dando continuidad a la exitosa muestra temporal del año 2015- que suponga un atractivo añadido más al inagotable edificio que ideó el arquitecto Luis Moya, declarado bien de interés cultural (BIC) por el Gobierno del Principado el pasado 19 de mayo.

Son planteamientos de la nueva directiva de la Asociación de Antiguos Alumnos de la Universidad Laboral, que preside desde el pasado 17 de junio Jesús Merino Santos. "Es un momento crucial, porque queremos prolongar la labor de la entidad y, al mismo tiempo, dar otra orientación a todo ese trabajo; tenemos un bagaje, pero ahora hay que sumar a las generaciones más jóvenes, a aquellos que fueron alumnos a partir de 1975", dijo.

Esta asociación fue creada en 1960 y tiene seiscientos inscritos, de los que un 60 por ciento es de fuera de Asturias. Las veintitrés universidades laborales que hubo en España declinaron después de 1978, con la llegada de la democracia. Fueron una creación franquista, pero es incontestable que permitieron la formación mediante beca completa de medio millón de jóvenes, hijos de trabajadores. No hay concejo asturiano, por ejemplo, sin vecino que no haya sido alumno de la Laboral.

Merino hizo este anuncio, acompañado por el expresidente y el exsecretario de la asociación, Jesús Jiménez y Miguel Ángel Caldevilla, respectivamente, en la sede del Ateneo Jovellanos. También estuvo presente el secretario de esta entidad y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, Fidel García, profesor durante años en la Laboral. "Nos lo hemos tomado muy a pecho, queremos que sea un edificio prestigioso", señaló este último. También acompañó la presidenta ateneísta, Isabel Moro.

"Queremos que la ciudad (Gijón) y Asturias se identifiquen con la Laboral; dentro de sus muros se desarrolló una enseñanza singular, pero no es conocido por la población", señaló Caldevilla, para quien la "carga social" de aquel proyecto "carece de parangón en Europa". Esa colaboración entre los antiguos alumnos y el Ateneo Jovellanos ha empezado a concretarse con un ciclo de conferencia que se inicia hoy, con una charla del historiador Miguel Ángel Álvarez sobre el patrimonio artístico del inmueble de Cabueñes. Con sus 270.000 metros cuadrados fue el edificio más grande de España, mayor que El Escorial, y posiblemente el más destacado de los que se hicieron en Asturias en el siglo XX. Tras el abandono que sufrió a partir de los años ochenta, fue rehabilitado con el nuevo siglo y hoy, con un uso mixto (cultural y formativo), lleva el nombre de Laboral Ciudad de la Cultura.

Merino quiere conectar con esa "nueva realidad". Apuesta por reunirse con Alejandro Calvo, responsable de Recrea (la sociedad pública regional que gestiona Laboral), para acordar fórmulas de colaboración. Esa exposición permanente es un primer objetivo, un "deseo". "Creemos que podría aumentar aún más las visitas", subrayó Merino. Éste recordó la importancia que tuvo la Universidad Laboral al aportar técnicos y mandos intermedios al impulso desarrollista de la economía española desde finales de los años cincuenta.

Caldevilla recurrió a un ejemplo en defensa de esa exposición permanente: "Cuando visitamos El Escorial queremos ver cómo vivía Felipe II; lo que pretendemos es que quien vaya a la Laboral pueda conocer el proceso de construcción del edificio o cómo era la vida educativa allí".