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Carisma de Gijón a Rusia

Tras convertirse en "Mrs. España" de más de 40 años, la gijonesa Silvia Rodríguez obtiene el cuarto puesto en el certamen europeo

Silvia Rodríguez, en Gijón, tras su regreso de Sochi. JUAN PLAZA

Después de conquistar con su belleza al jurado español en el certamen "Mrs. España" mayor de 40 años, la gijonesa Silvia Rodríguez se metió en el bolsillo a los árbitros europeos con su desparpajo y naturalidad logrando la banda de "Mrs. Europe Charisma", el premio al carisma y la personalidad, en su periplo europeo representando a su país. "No me lo podía creer, cuando dijeron Spain no paré de preguntar si se había equivocado o era verdad", reconoce.

Viajó del día 1 al 5 de octubre a la localidad rusa y costera de Sochi, entre las montañas nevadas del Cáucaso y el mar Negro a 1.618,8 kilómetros de Moscú, y conocida por albergar los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014. Silvia Rodríguez puso el calor en esa región de 368.000 habitantes con su encanto "a la española". Sólo le hicieron falta tres minutos al ritmo de Niña Pastori para enamorar a los jueces con el tema "El cantante" que dice "Yo, soy el cantante / que hoy han venido a escuchar / lo mejor, de mi repertorio / ustedes voy a brindar". Cantado y hecho. Silvia ofreció su mejor versión y aun quedaban sorpresa que repartir porque la de talento no fue la única disciplina que tuvo que sortear esta madre gijonesa de cuarenta y un años.

Si en el concurso nacional optó por escanciar sidra y vestirse con traje regional de asturiana, en Sochi se decantó por ir de flamenca, con un vestido blanco, con cola y volantes, diseñado por la cordobesa Paqui Rivero, con mantilla del mismo color y dos rosas rojas en el tocado. Un desfile superado con nota y que precedió a la exposición de un proyecto social contra la violencia de género donde Silvia desplegó sus dotes de comunicación con un análisis exhaustivo sobre la situación en España frente al jurado a y sus 19 contrincantes, con las que congenió a la perfección.

"Con las chicas me llevaba muy bien, había buena convivencia y nos ayudamos unas a otras y también con el idioma", desvela Silvia que, para romper el hielo en la primera velada conjunta se arrancó a bailar con Enrique Iglesias cantando de fondo. No obstante, el nivel era alto. "Eran chicas muy guapas, muchas modelos o presentadoras de televisión, el nivel era altísimo aunque creo que una ventaja para mí fue ser morena porque sólo éramos seis las que no teníamos el pelo rubio", sonríe. Se quedó a las puertas de la corona, con la banda de cuarta finalista del certamen de belleza que ganó la representante de Siberia, Alina Butenko.

Pero que le quiten lo "bailao" y "desfilao". Su estancia de cinco días en Sochi fue de lo más fructífera y al margen del propio concurso. El buen tiempo les permitió pasear por la playa y como parte más solidaria todas las mises visitaron la "Casa cuna" de la ciudad con regalos para los niños. No faltó un tour por la ciudad donde se encontró con una gran sorpresa, un ruso que sabía español y que la acompañó como guía turístico. A ella y sus dos compañeras de viaje, la organizadora del certamen en España y la representante de Cataluña, que también participó en el europeo. "Te encuentras con buena gente, que sin conocerte te ayuda y eso no deja de sorprender", explica.

El título de mayor carisma europeo y su cuarto puesto en el apartado de belleza no hacen sino ratificar la proyección que advirtieron en ella desde la primera mirada a la cámara fotográfica. Y por si fuera poco, en lontananza se vislumbra una posible participación en un certamen en Las Vegas. Hagan juego pero ya huele a premio.

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