Acusó a la Policía Nacional de agredirle y ahora se sentará en el banquillo de los acusados como presunto responsable de un delito de atentado contra un agente de la autoridad. Rafael Torres, el batería del grupo gijonés "La La Love You", será juzgado el próximo martes como autor de las importantes lesiones sufridas por dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía que pretendían identificarle. El ministerio fiscal pide para él una condena de tres años de cárcel.

Lo curioso del caso es que tras la trifulca el propio músico acudió a los medios de comunicación denunciando una agresión policial que decía haber sufrido tras un concierto en un local situado en la zona centro de Gijón. Según su versión de lo sucedido dos agentes de paisano le habían golpeado y le habían esposado sin llegar ni tan siquiera a identificarse como funcionarios del orden. "Lo pasé fatal. Fueron horas interminables", aseguró el ahora imputado después de salir de los calabozos de la Comisaría de Policía de El Natahoyo. A pesar de que el parte médico del músico señalaba la existencia de policontusiones -Torres presentaba golpes y magulladuras en el rostro, las muñecas y las rodillas-, la justicia archivó semanas después la denuncia que el hoy acusado interpuso contra los agentes encargados de aquella intervención. La sentencia en la que se dio carpetazo a este asunto es a día de hoy firme después de que la sección octava de la Audiencia Provincial rechazara el recurso presentado por el abogado de Torres.

La versión que mantiene la Fiscalía de lo sucedido aquella noche es muy distinta a la que en su día relató el artista. Según el Ministerio Público los hechos tuvieron lugar en torno a las tres y media de la madrugada del 26 de octubre de 2014 en la calle Rodríguez San Pedro, en plena zona de copas de Fomento. El fiscal encargado de este caso asegura en el escrito de conclusiones provisionales presentado en el juzgado que aquella madrugada "el acusado se negó a identificarse ante dos policías nacionales que se habían presentado como agentes de la autoridad mediante la exhibición de sus placas". La Fiscalía de área de Gijón mantiene que en vez de facilitar su documentación el músico huyó a la carrera.

"Tras ser interceptado propinó una patada en la boca a uno de los agentes y varias patadas en la mano derecha y en las piernas al otro funcionario del orden", se señala en el escrito de acusación del fiscal, en el que se hace especial hincapié en la gran resistencia que el ahora procesado habría mostrado a su detención. Eso fue, según la acusación, lo que hizo que tanto él como el policía que estaba intentando retenerle acabaran en el suelo. El músico llegó incluso a romperle dos dientes de una patada a uno de los agentes, un funcionario al que aún a día de hoy le queda como secuela de aquella intervención una cicatriz de tres centímetros de longitud en el labio. Este policía nacional permaneció de baja laboral durante 19 días. Su compañero, en cambio, tardó cinco días en curar de sus lesiones pero no tuvo que dejar de trabajar.

El acusado carecía hasta la fecha de antecedentes penales. La Fiscalía de Gijón le acusa de un delito de atentado por el que pide para él una condena de dos años de cárcel y de otro de lesiones por el que el Ministerio Público suma otra solicitud de un año de privación de libertad. El fiscal pide, además, que el reo indemnice a los dos policías lesionados con 7.800 euros por las secuelas de lo sucedido.