Los alumnos de sexto curso de Primaria del Colegio Público Laviada celebraron ayer una jornada muy especial, dedicada a los refugiados y a los niños que sufren las consecuencias de los conflictos armados, y lo hicieron con el arte como herramienta.

Los escolares han participado en las últimas semanas en una peculiar actividad de toma de conciencia organizada por la Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular, la Concejalía de Cooperación de Gijón y el Espacio de Creación y Didáctica con el objetivo de "hacer ver a los niños otras realidades".

Con este fin y con motivo del "Día Internacional de la Declaración Universal de los Derechos Humanos" se puso en marcha un proyecto de intervención artística bajo la dirección del artista Benjamín Menéndez. Los niños tuvieron que pensar qué cosas se llevarían de casa si tuvieran que huir, como lo hacen a diario cientos de pequeños en otras partes del planeta. El resultado fue de lo más variopinto: desde ositos de peluche para combatir el miedo hasta botellas de agua, cuchillos y navajas, kits de supervivencia o álbumes de fotos para llevar los recuerdos con uno.

Cada uno de los elementos escogidos por los alumnos se ha trasladado a la cerámica para componer pequeñas piezas cargadas de simbolismo. Las piezas lucen ahora ordenadas en uno de los muros del colegio formando el acrónimo internacional de socorro: SOS. Una forma de llamar la atención sobre las dificultades de quienes se ven forzados a dejarlo todo atrás que ha tenido "muy buena acogida", reconoce el artista Benjamín Menéndez.

"Los niños siempre son muy receptivos a este tipo de intervenciones, para ellos es una actividad que rompe con la rutina y que además tiene el significado de concienciar, con lo que los resultados han sido muy buenos", sostiene. En el proyecto también han participado los artistas plásticos Chus Cortina y Maite Centol, involucrados en la labor de concienciar a los más pequeños a bordo del vehículo del arte.