Eso quería la directiva del Sporting, que empresas radicadas en Gijón comprasen acciones, sesenta o cien acciones cada empresa. La directiva trataba de atraer a 10.000 socios que no habían adquirido acción alguna. Se iba a emplear el telemárketing con llamadas telefónicas a los socios. En ese momento había 6.455 accionistas, "muchos de fuera de Gijón, en Oviedo, Avilés, Madrid o León". En lo deportivo, Manjarín y Ablanedo eran bajas ante el Zaragoza.