En pleno debate abierto tras la presentación del Plan Integral de Movilidad de Gijón (2018-2024) preocupa especialmente el peor punto negro de tráfico en la ciudad. Según los criterios de la Dirección General de Tráfico (DGT) la zona más peligrosa de Gijón se encuentra en la confluencia entre la calle Velázquez, la avenida Constitución, la avenida de Oviedo y la calle Dolores Ibárruri, una zona donde confluyen los barrios de Nuevo Gijón y Montevil en la que cada año se registran numerosos accidentes de circulación que afectan a turismos, motocicletas y peatones. Tal es la preocupación que desde Tráfico de Gijón ni siquiera esperarán a hacer efectivo al Plan Integral de Movilidad Sostenible y Segura para tomar medidas que busquen paliar, y eliminar, las causas que hacen peligrosa este área de la ciudad. De esta forma, se afrontará una nueva regulación semafórica y una nueva distribución de los flujos de tráfico en la zona.

Según la DGT, un punto negro es aquel que registra al menos tres accidentes con víctimas, en una distancia no superior a los cien metros entre ellos y en un periodo de tiempo de un año. La calle Velázquez cumple con los requisitos, en especial en su aproximación a la confluencia con Constitución, Dolores Ibárruri y avenida de Oviedo. La explicación del peligro viene determinada por tratarse de una vía de entrada importante de la ciudad, por contar con vías de dobles carriles en cada sentido donde además se permiten giros a derecha e izquierda. A estas características, Tráfico de Gijón añada que no es una zona de mucha congestión por lo que se pueden alcanzar velocidades considerables.

En lo que va de año se han producido, al menos, tres incidentes en ese entorno. En enero tres personas resultaron heridas leves en la colisión de dos turismos en el cruce entre calle Velázquez y avenida Constitución. En febrero impactaron dos coches en el cruce entre la avenida de Oviedo y Velázquez y en marzo fue un vehículo que chocó contra un carro tirado por un caballo en el cruce entre Velázquez y la calle Sara Suárez Solís. Entre otros siniestros, en enero de 2016 un motorista quedó herido muy grave tras ser arrollado por un coche en el encuentro entre Velázquez y avenida de Oviedo mientras que en julio fue atropellado un peatón a la altura de la calle Concha Espina. Y en 2012, también en la calle Velázquez, pero al llegar a la altura de la calle Badajoz, falleció un niño de 13 años tras un brutal accidente entre dos turismos que dejó otros siete heridos.

Ante este escenario, el modelo pretendido más inmediato será el de implantar una nueva regulación semafórica. Un mecanismo que Tráfico de Gijón puso en práctica recientemente con motivo de las obras de renovación del pavimento de la avenida de la Costa, en el cruce entre las calles Menéndez Pelayo y Ramón y Cajal. En este caso se hizo de forma gradual y no por tratarse de un punto negro sino para conferir mayor seguridad. También preocupan otras zonas en barrios de reciente creación como Montevil, donde abundan las grandes avenidas, o en Nuevo Roces, donde se alcanzan velocidades elevadas en sus tres arterias de acceso, de doble carril.

Estas acciones serán previas a que prospere el plan de movilidad, cuyo primer borrador de trabajo fue presentado la pasada semana. En él se propuso a las 78 entidades que forman parte del Foro de Movilidad, una zona de coexistencia que incluye al centro, Laviada y La Arena con vehículos limitados a 20 kilómetros por hora y otra de 30 km/hora que se extenderá a la mayor parte del área urbana. El proyecto hecho público recientemente no tiene "líneas rojas" y se debatirá en una próxima reunión del citado foro, prevista para el 30 de este mes de mayo. El plan de movilidad tiene como objetivo principal la recuperación del espacio público para los gijoneses, en una ciudad que cuenta con 118.000 vehículos en el concejo de Gijón -sin contar los taxis-, lo que supone casi un coche por cada dos habitantes.