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Célebres en el Gijón más "faltosu"

Del enigmático "Canijo" a otros que se hicieron populares al calor de la versión más socarrona de la villa

Segundo Fano Suárez, "Canijo".

Siempre ocupan sitio destacado en la historia los "benditos", pero aquí reivindicamos a los míticos, a los extravagantes, a los diferentes, a aquellos que raramente pasan a los libros.

Por ejemplo, conocida es la tradición de que varias filas de pobres de solemnidad acompañasen a los entierros de cierta categoría al ser considerados como personas sin propiedades, por tanto mediadores privilegiados entre Dios y los hombres. Pues bien, cuando en Gijón, en el año 1917, se pusieron en huelga estos acompañantes que solían llevar las velas y sollozar por una pequeña paga, el líder del movimiento reivindicativo fue un corcovado, un jorobado, "un chepu", de nombre Eladio Rodríguez, "El Merengue", que pasó a la historia al convertirse en protagonista de un poema de Luis Fernández Valdés, Ludi, dentro de su libro "Un kilo de versos". Concretamente del titulado "La huelga de los hachones".

Además, por aquel Gijón de la segunda década del siglo pasado, andaban personajes como Antón "El Chepu", Pepe "El Feu", El Coxu la Palicia, Félix "El Cabezón", el marinero Nicasio Cuervo "Caracristo", y Josefa "La Llarga". Pequeños de estatura como "El Pulgarín", limosnero de la iglesia de San Pedro, Filímicas, El Pulguina o Cayetanín, un enano natural de Oviedo pero asiduo en las corridas de toros de Begoña. Uno muy feo. En la colección del fotógrafo Gerardo Bustillo, en la fototeca del Museo del Pueblo de Asturias, hay una imagen de un hombre de El Pisón (Somió) al que llamaban Quasimodo. ¿Hace falta dar datos sobre su aspecto?

En fin, toda una larga lista de hombres y mujeres hazmerreír de chiquillos y mayores en un Gijón donde el "ser diferente en el aspecto físico" era una ciencia. Por ejemplo, tenemos casos como el del cojo mozo de cuerda Madruga, y el de otro cojo llamado el Coxín de La Soledad. En el periódico "La Opinión", del 20 de septiembre de 1877, vemos una referencia al Coxín de La Soledad. Lo describe como un hombre bien pobre y desarrapado pero muy religioso. Cuidaba la imagen de la virgen de Cimavilla y rezaba por los náufragos. El nombre real del coxín era José María de la Riba.

En Gijón famoso era Pachómelo, a quien Ataúlfo Friera, Tarfe, en sus "Mesas Revueltas", recuerda en los años de cambio de siglo XIX al XX con su chaqueta azul mahón, con la gorra en la mano y la cara congestionada por el alcohol y echando por su boca interminables sermones llenos de palabras esdrújulas: "¡Aaaaah. Losádamela! !Un herenciómela! ¡Yo era ricómelo, un herenciómelo, perómelo muy ricómelo! ¡La Republicámela! Yo no bebómela, quitómela la gorrámela, por causámela calorlámelo. Los Gonzámelos son pariéntesmelos y no me salúdenmela."

Discursos incoherentes esos de Pachómelo en las plazas y calles mientras la chavalería le lanzaba tronchos de berza o fango, quitándole la gorra o tirándole de los faldones de la camisa a los gritos corales de: "¡Borráchomelo! ¡Ladrónmelo!".

Del estilo de Pachómelo era Bernardo "Cara Cadaba", famoso por las peroratas que largaba desde el balcón de su casa en la calle del Instituto, y "El Oré" fue otro marginal con aspecto de sonado pero fiel ejemplo de la sabiduría playa: "Oré ¿qué eliges una peseta o dos?", le preguntaban. De las dos manos Oré elegía la que tenía una peseta. "Oré ¿Por qué quieres sólo una peseta?". Y él contestaba: "Porque si cojo las dos pesetas no me vuelves a decir más veces que elija".

Del barrio de El Llano venía "El Máquina", o "El Maquinona", siempre cerca de la Banda de Música y como Mauro Muñiz escribió, "popularísimo en aquellos tiempos normales, o sea antes de la Guerra Civil". Ovetense era Manolín "El Pinzo", retrasado mental y, también como "El Máquina", con aficiones musicales que lo situaban permanentemente cerca de la Banda o de cualquier orquestina. "¿Cómo viniste de Oviedo, Manolín?" "Por la vía del tren", respondía, "pero andando. Tiro la gorra lo más allá que puedo, corro a cogerla, después otra vez y otra vez y así llego a Gijón enseguida".

Pachín de Melás en uno de sus artículos, dentro de lo que llamaba "Reportajes Gijoneses", en el diario "La Prensa" del 29 de julio de 1932, nos habla de otro raro gijonés, de Celedón. Era zapatero y tenía su pequeño taller frente a la capilla de Santa Rosa, en la calle de ese nombre y derribada en el año 1872. Tenía esa capilla una imagen del Buen Suceso, o sea de la virgen embarazada, y como sabemos esa imagen dio nombre a una calle cercana. "Los niños", recuerda Pachín refiriéndose a Celedón, "le provocábamos inocentemente sin daño alguno cantándole una copla con referencia a su vieja casa: Celedón tenía una casa vieja, / Celedón vendiola por dos cuartos, / Celedón, con ventana y balcón".

Termina Pachín de Melás diciendo que ese Celedón era el padre de un benefactor del Hospital de la Caridad, Nemesio Palacio y Fernández, "de cuyo nombre ya nadie se acuerda ni para una humilde calleja".

Por Gijón pululaban también singulares del tipo de Segundo Fano Suárez "Canijo", un orfebre profesor en la Escuela de Artes y Oficios que, desde la mitad del siglo XIX, tenía su pequeño taller en lo que hoy es la plaza de Italia y que, además de hacer cigüas de azabache para librar a sus poseedores del mal de ojo, fomentaba toda una serie de leyendas misteriosas sobre su persona, siempre ataviado con un gorro, con una capa, sandalias y larga barba que le daba de por sí un aspecto enigmático. La foto que incluimos lo muestra como un vagabundo pero nada de eso, en la Escuela de Artes y Oficios de Gijón Canijo era el maestro de taller encargado de relojería, joyería y azabache.

"Conchona" era otro personaje popular, "Conchona la fregadora" o "Conchona la borracha", aludiendo tanto a su profesión como a su estado habitual. Nunca le faltaba trabajo porque era trabajadora, honrada y dejaba los pisos limpios como un cristal, y además cantaba versos asimétricos podados en la rima. Como este:

Tengo una fía muy gua?

sirviendo en la calle Corri?

en casa de una señora viu?

porque murió su mari?

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