La hostelería gijonesa perdió ayer a un buen representante, Prudencio González Rivero, Pruden, de 54 años, copropietario junto a Herminio Iglesias de la pizzería "Al Boccalino". Un negocio ubicado en el puerto deportivo desde donde Pruden, primero como encargado y luego como socio, desplegó su enorme cordialidad y el cuidado al cliente que le distinguía. Asturiano emigrado a Suiza, donde se inició en la hostelería, en Gijón retomó dicho trabajo en "Il Pomodoro", de la mano del cocinero Arturo Jardón, hasta que pudo ponerse al frente de su popio restaurante. Su muerte se produjo mientras dormía. Su despedida será hoy en el Tanatorio de Cabueñes.