Lleva un cuarto de siglo impartiendo clases en el Conservatorio Profesional de Música de Gijón, donde es jefe del departamento de Composición. Juan Carlos Casimiro, madrileño de 1961 que ha hecho de Asturias inspiración de muchas de sus obras musicales (de "Asturias, sinfonía natural" a "Tríptico asturiano", pasando por "Danza prima" o "Somiedo"), acaba de publicar un insólito libro: "7 claves para vivir de la música". Mañana martes y en la librería La Buena Letra (19.00 horas), presentará una obra en la que se entreveran su rica experiencia personal (fue ingeniero antes de dedicarse a la música) con la de otros creadores. Leer para no equivocarse.

-¿Cuáles son esas claves?

-El título del libro tiene relación con las siete claves musicales, pero lo que pretendo es transmitir lo que he aprendido en los veinticinco años que llevo dando clases en Gijón, mi experiencia como opositor, compositor y docente. Lo que he visto es que hay una gran laguna respecto a lo que es la carrera de un músico: cómo debe afrontar sus objetivos. Una cosa es la formación y otra lo que necesitas saber para entrar en el mundo del espectáculo. Por resumir: es una recopilación de la experiencia propia y de la ajena, la que he visto en las aulas, en las orquestas o a través de personas como Oliver Díaz o Beatriz Díaz, que son hoy muy reconocidos. Lo que he hecho es una guía que resumiera esos siete pasos para poder vivir de la música.

-Resúmalos.

-Básicamente, el fundamental es la confianza en uno mismo. Los chavales llegan al Conservatorio y no tienen claro que salir adelante dependa de ellos. Casi siempre esperan que sea otro el que va a ayudar. Alguien que quiera dedicarse a la música ha de saber que tiene que contar con sus medios: su ilusión y su trabajo.

-¿Es la clave fundamental?

-Sí. En España, la profesión de músico no está tan definida como la de abogado o ingeniero. Si no buscamos objetivos y no confiamos en nosotros mismos, no hay nada que hacer.

- ¿Hay un desajuste entre lo que se enseña en los Conservatorios, que puede estar muy bien, y la realidad profesional?

-Así es. Hay como una desconexión entre ambos mundos.

-¿Conoce muchos casos de músicos bien formados que acaban frustrándose por no poder vivir de la música?

-Claro. Tienen sus títulos, su formación, pero muchas personas no encuentran la manera de canalizar todo eso. Y de ahí este libro con la secuencia de esos siete pasos.

-Imagino que, como suele ocurrir con otras actividades, lo que no se puede hacer es tirar la toalla a las primeras de cambio...

-Por supuesto. En estos veinticinco años como docente he visto que había algunas características comunes entre aquellos que han logrado vivir de la música, aunque luego está la personalidad. En el libro pongo el ejemplo, por otro lado, de "Les Luthiers", premio "Princesa de Asturias", que son un modelo a la hora de definir una marca. No sólo hay que saber tocar el piano, por ejemplo, sino que debes fabricar una marca por la que ser reconocido.

-¿Darte a conocer a través de algo que te singularice?

-Correcto. Tenemos muchos ejemplos. Da igual que hablemos de rock, de pop o de cualquier otro género. Hay que estar preparado y hacer bien las cosas, pero hay que singularizar esa oferta. "Los Luthiers" empezaron haciendo gags, una especie de bromas, en unas concentraciones de coros. Y a partir de ahí definieron su personalidad. Se dieron cuenta de que no era tan importante tocar el piano como hacer un espectáculo que fuera interesante. Esa identidad es la que los ha colocado en un lugar en la historia de la música. Hay muchísimos ejemplos: Michael Jackson y todos los grandes.

-¿Las carreras musicales son más duras de lo que pensamos?

-No es un camino de rosas y hay que cuidar mucho la trayectoria. Y hay que ser persistente.

-Pero ¿lo importante es vivir de la música o para la música?

-Qué pregunta más difícil. Cada uno tendrá su respuesta. En mi opinión, lo que tiene sentido es que lo que hagas en tu trabajo lo vivas con pasión. En la música tienes que prepararte, innovar, crear un estilo. Y todo eso sin pasión, sin vivirlo profundamente, es complicado.

-Supongo que hay que ser feliz. Conozco casos de personas que han estudiado música a fondo, pero que sufrían con esa dedicación.

-Bueno, la parte de sufrimiento posiblemente es inherente a la creación. Supongo que a los escritores les pasa lo mismo ante el papel en blanco. Y están las dudas: si lo estás haciendo bien o no. Lo que yo digo es que el éxito está detrás de esa superación diaria. Lo importante es el camino y seguir una línea trazada. Ahí esta la clave del éxito.

-Para escribir este libro ha tirado de su experiencia. Usted era ingeniero y ya con una edad cambia a la música. ¿Su biografía está detrás de este libro?

-Hay algunas referencias biográficas. Hubo una persona que me ayudó a modificar la perspectiva del mundo. Sin eso, posiblemente no me hubiera atrevido a cambiar de profesión. Una serie de charlas y la experiencia de aquella persona, muy viajada, me hizo ver las posibilidades que se abrían ante mí. A partir de esa experiencia trazo la línea del libro, porque es algo que yo he vivido. Hoy agradezco que alguien me hiciera ver las cosas. El libro es una manera de devolver aquel favor ampliando la reflexión.

-¿Y con qué está el compositor Juan Carlos Casimiro?

-He estado un poco desaparecido, como hibernando. He hecho la música para un nuevo corto y la de otro que empezará a rodarse en agosto. Estoy trabajando además, desde una visión un poco más intimista y con unas armonizaciones para piano, sobre unas canciones populares asturianas. No puedo dar fechas todavía, pero espero estrenarlas pronto. Y estoy muy metido en una obra que se estrenará -es lo que espero- a lo largo de este año. Está basada en "El Quijote" y, en un principio, es para voz y piano, pero se podría orquestar.

-Un trabajo ambicioso...

-Es una selección personal de pasajes del "Quijote" y utilizo las mismas palabras de Cervantes. No sé si se ha hecho algo así antes, porque lo que hay son adaptaciones. Está a medio camino de una ópera y estoy con las últimas matizaciones con el barítono. Espero que se pueda estrenar este año.