La fiscal ha rebajado a dos años de prisión la pena que solicita para R. S. F., vecina de Candás quien en la madrugada del pasado 26 de diciembre asestó una puñalada en el costado izquierdo a quien entonces era su pareja sentimental. La víctima declaró en el juicio celebrado esta mañana en la sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón, que "para mí fue un accidente". Tras la vista oral, la fiscalía ha calificado los hechos como un delito de lesiones, modificando su acusación provisional, en la que había considerado que los hechos eran un delito de homicidio en grado de tentativa, por el que pedía siete años y medio de cárcel para la acusada.

A la vista de la modificación hecha por el fiscal en su acusación, la defensa, ejercida por el abogado José Carlos Botas, mostró conformidad con la nueva calificación de la fiscalía, que también pidió suspender la ejecución de la pena, lo que supone que la acusada no entrará en prisión en el probable caso de que la sentencia condenatoria coincida con lo solicitado por la fiscalía y asumido por la defensa.

Los hechos se produjeron hacia las siete menos cuarto de la madrugada del 26 de diciembre de 2016, tras una fuerte discusión de la pareja. La mujer cogió un cuchillo de grandes dimensiones y se lo clavó en el costado izquierdo a su pareja. El informe de los forenses señala que la herida no puso en riesgo la vida de la víctima por la profundidad de la misma.

Fue R. S. F. quien llamó inmediatamente a los servicios de emergencia, acudiendo hasta el domicilio una unidad médica, policías locales y guardias civiles. La mujer indicó a los agentes que había sido ella la causante de la lesión, dado que quien entonces era su pareja se había puesto agresivo y ella se defendió, según relató en el juicio la agente local de Candás que llegó primero al domicilio en el que se produjo la agresión.

Antes de la celebración del juicio de ayer, R. S. F. ya había indemnizado con 1.200 euros a su expareja, cuyas lesiones tardaron 45 días en curar y a quien le ha quedado una cicatriz como secuela. La víctima señaló esta mañana que considera lo ocurrido como "un accidente" dado que cuando la mujer estaba en la cocina de espaldas a la puerta, no lo vio entrar.

Para modificar la calificación del delito, la fiscalía tuvo en cuenta que fue la propia acusada la que llamó a los servicios de emergencia, lo que muestra su intención de evitar el resultado dañoso para el apuñalado. La acusada declaró en el juicio que llamó a emergencias en cuanto vio brotar la sangre de su expareja y que nunca tuvo la intención de causarle la muerte.

Pese al apuñalamiento, el herido pudo bajar por su propio pie las escaleras de la vivienda hasta el portal, donde fue asistido por la unidad médica desplazada hasta la zona.