Ya que el tráfico es el problema será desde el Plan Integral de Movilidad Sostenible y Segura -ahora en proceso de elaboración- desde donde se tramiten las soluciones. Pero en la documentación vinculada al mapa del ruido ya se habla de algunas líneas de actuación a seguir para incidir en el emisor y el medio en favor de una reducción de los niveles de contaminación acústica de la ciudad.
Las actuaciones que se sugiere aplicar sobre los materiales de la calzada son, por ejemplo, el empleo de asfalto fonorreductor y la mejora en los acabados de las tapas de registro. También se habla de medidas de "templado del tráfico". ¿Cuales son las propuestas aquí? Pues priorizar la circulación de los autobuses y otros medios de transporte alternativo sobre el coche privado, mejorar la regulación semafórica y plantear actuaciones en favor de la restricción del acceso de vehículos a algunas zonas.
La lucha contra la contaminación acústica producida por el tráfico debe incorporar, entienden los técnicos, medidas disuasorias para reducir la velocidad de paso. Aquí estarían la creación de zonas 30 o el control de velocidad mediante radares. Además se ponen sobre la mesa una serie de ideas de cambio en la urbanización de las vías que podrían ayudar a rebajar el nivel de ruido. El listado de medidas incluye peatonalizaciones, reducción y estrechamiento de los carriles de circulación, ensanchamiento de aceras, cambios de sentido de ciculación, pasos peatonales elevados, instalación de bolardos y dispositivos de control de acceso, pantallas acústicas, mejoras tanto en la vegetación como en el mobiliario urbano, trazas en zig-zag, inclusión de carriles bici y de carriles especiales para autobuses y taxis...
Algunas de estas propuestas ya se debatieron, con gran polémica, en el Foro de Movilidad como espacio de reflexión sobre la situación de la movilidad en la ciudad.
