"Me gustaría poner en conocimiento de todos lo que pasa ahí dentro con la esperanza de que cuanta más gente lo sepa, se tomen medidas y no vuelva a ocurrir". Habla Vicky Rivero, madre de dos chicas jóvenes, de 20 y 22 años, que, como tantos otros asturianos de su edad, querían ganarse un dinero en verano trabajando en la Feria de Muestras. Sin embargo, lo han dejado a los pocos días de empezar: una por decisión propia y la otra, despedida. Pero en ambos casos con algo en común: su madre llevó a sus hijas a la Seguridad Social para que denunciasen ante Inspección su situación.

Las denuncias son relativas a dos puestos de venta diferentes, gestionados por personas de la India y situados dentro del mismo pabellón ferial. Y, según asegura Rivero, seguramente llegue alguna denuncia más. Según relataron sus hijas en dependencias de la Seguridad Social, estaban trabajando "sin el contrato que en un principio nos aseguraron que nos iban a hacer", en jornadas "de 10.30 a 22 horas de forma ininterrumpida excepto una pausa para comer" y por 300 euros para 18 días de trabajo. Una de ellas se refiere a "las horribles condiciones de trabajo en las que me encontraba", que, asegura, son "el motivo de que me fuese de la empresa".

En su caso, relata en la denuncia que pasaba su jornada "aguantando insultos, motes y comentarios de carácter sexual". Según cuenta, "me obligaron a subirme a una escalera a colgar unas estanterías sin ningún tipo de medida de seguridad y sin asegurar". A lo que añade: "El sueldo eran 300 euros por toda la feria y bromeaban con bajármelo; nos obligaban a mentir a los clientes, con constantes amenazas de echarnos".

Su hermana pequeña, por su parte, cuenta en la denuncia que fue despedida después de negarse a esconderse ante una supuesta inspección de trabajo. "He sufrido amenazas por avisar a la seguridad y coacciones. Al ser despedida no me pagaron los días trabajados. He sufrido comentarios machistas y de carácter sexual y he visto menores trabajando", cuenta en su denuncia. La madre de ambas pone algunos ejemplos de las actitudes que supuestamente tenían que soportar. "Les decían cosas como que tenían las tetas grandes, llamaban a una gorda en su idioma, o utilizaban motes como 'conejo'; sin llegar a tocar el pecho hacían el ademán, y lo mismo con el culo; a una chica le dijeron que se comiera un plátano en plan sexy o que si no, la despedían", asegura.

Una de sus hijas, la que resultó despedida, también ha interpuesto una denuncia en la Policía Nacional después de que "alguien relacionado con los empresarios hindúes la agarrase y empujase contra una pared". Igualmente pusieron la situación en conocimiento de la Cámara de Comercio, gestora del recinto ferial, que prometió que iba a investigar el asunto.

Denuncia de "falta de higiene"

Las denunciantes, incluyen en su queja que los puestos donde trabajaban “incumplen las normas de sanidad y de conducta del recinto ferial”. Una de ellas cuenta que los hindúes responsables del stand “se quedaban a dormir en el pabellón a la hora del cierre aunque estaba prohibido y la higiene en el puesto era pésima: desde flatulencias hasta cortarse la uñas de los pies”.