Su presencia es imponente: alto, fuerte, guapo y encantador. Y por si esto fuera poco, es un deportista de élite que guarda en su vitrina cuatro medallas olímpicas, dos de oro, una de plata y otra de bronce. Y cuando no compite, vela por el bienestar de los gijoneses. Lleva tres tatuajes en los brazos, los tres con los cinco aros olímpicos y las fechas Pekín 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. Y le vamos a ver en la tele como cocinero en "Masterchef celebrity".

- Defínase, por favor.

-Nací en Lérida (1984), menor de tres hermanos. Creo que soy trabajador y luchador; tímido, pero cada vez me suelto más, sociable... Estoy casado, tengo una hija y espero otra para finales de año.

- ¿Remaba en su infancia?

-Sí, empecé a remar a los 8 años, pero también hacía otros deportes, como fútbol, kárate... Siempre he sido muy deportista.

- ¿Mete miedo a los malos?

-Los malos deberían darse cuenta de que la sociedad los rechaza, de que hay hostilidad contra ellos y deberían cambiar.

- Lo digo porque una bofetada suya puede equivaler a un tiro en la cabeza...

-No lo sabría decir, pero sí, tengo una buena mano.

- ¿Tiene en la mente la secuencia de la prueba que le dio el oro en Brasil?

-Sí, paso a paso. Nunca se olvida, queda en la retina y deja una sensación muy bonita. Esa prueba comprime el esfuerzo de cuatro años en 32 segundos.

- ¿Durante ese tiempo se sienten en el cogote los remos de los adversarios?

-Sólo se oye el agua, pero no da tiempo a pensar en los rivales.

- ¿Qué se siente al alcanzar la victoria?

-Mucha felicidad y un gran alivio; todo ha merecido la pena.

- ¿Por qué se hizo usted policía?

-Me gustaba, tenía compañeros que lo eran y lo decidí desde muy joven. Tanto es así que a los 18 años aprobé la oposición de ingreso.

- ¿Y vino destinado a Gijón?

-No, me trajo a Gijón el equipo nacional de remo, en 2001. Siempre entrena en Asturias, concretamente en el embalse de Trasona. Así que vine por el deporte, pero en 2007, al aprobar la oposición, me quedé. Y en 2010 conocí a Celia.

- ¿Le gusta su trabajo?

-Sí, aquí he encontrado calidad de vida. La gente es agradecida. Y te reconforta como ser humano ayudar a la sociedad.

- ¿Ha competido usted en el último Sella?

-Sí, bajé con mi padre y quedamos los 35.º. Yo lo hice por diversión, no íbamos con aspiraciones. El Descenso del Sella es muy duro, son veinte kilómetros remando.

- ¿Se está preparando para Tokio 2020?

-Eso espero... Llegaré a Tokio con 36 años...

- La edad no cuenta, sino los brazos.

-Ya, pero los rusos y los alemanes también tienen brazos.

- ¿Ha disparado alguna vez a alguien?

-No, sólo en prácticas. Por suerte para mis intereses, Gijón es una ciudad tranquila.

- ¿A qué personaje le gustaría conocer?

-A Michael Jordan, el jugador de la NBA.

- ¿Cuál es su deber como policía nacional?

-Estuve en la UPR, es decir, en la unidad de prevención y reacción. Somos los encargados de velar para que en las aglomeraciones de gente, como los partidos de fútbol, las manifestaciones, los grandes conciertos o los toros, no pase nada. Hace dos meses me trasladaron a Participación Ciudadana, cuyo objetivo es educar a la sociedad contra los delitos de las redes sociales, internet... Doy charlas en los colegios, conferencias...

- ¿Ha detenido a muchos delincuentes?

-A unos cuantos. Se sufren nervios, tensión, porque se suelen revolver.

- ¿Quién es su enemigo?

-Que yo sepa, no tengo. Pero los maltratadores y violadores son los que más asco me producen. Pero debo tratarlos con profesionalidad, no con rabia.

- ¿Tiene mal genio?

-Hay que tenerlo cuando te tocan las narices, pero, por lo general, soy tranquilo y dócil.

- Se va a competir en "Masterchef celebrity", ¿piensa ganar?

-Voy a intentarlo. Estoy estudiando y practicando mucho, pero somos doce concursantes. Hasta ahora me gustaba más comer que cocinar -la fabada es mi debilidad-, pero este programa me está despertando la pasión por la cocina.

- ¿Es el sueño que le queda por realizar?

-No, mi sueño es conseguir la quinta medalla olímpica. Era participar en unos Juegos, y ya lo he logrado.

- ¿Gijón para siempre?

-Sí, me gusta mucho, es una ciudad muy segura. Y es la que he elegido para pasar el resto de mi vida.