Que quien genere más basura pague más. Igual que lo hace quien tiene más tiempo abierto el grifo del agua o tiene siempre encendidas las luces de su casa. Eso es lo que, en el ámbito de los residuos, significa "pago por generación". Un concepto sobre el que la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano (Emulsa) va a empezar a trabajar aprovechando la renovación integral de su parque de contenedores. Los nuevos depósitos, que empezarán a instalarse en septiembre en una operación que durará cinco años, tendrán la capacidad técnica de controlar el acceso a través de la tarjeta ciudadana. Y eso abre un sinfín de posibilidades de cara a esos ajustes en la tasa de pago de cada familia gijonesa.

Eso sí pagar más cuanto más bolsas de basura se introduzcan en el denominado contenedor de fracción resto porque el objetivo de todo este sistema es tocar el bolsillo de los ciudadanos para que reciclen más. Gijón se sube con esta reflexión a un sistema de trabajo que ya es normal en muchas ciudades europeas y quiere introducirse en toda España.

Ecoembes, la organización que desde hace más de 20 años coordina a todos los agentes implicados en el proceso del reciclaje, está ultimando un manual que sirva de hoja de ruta para todos los municipios españoles. El borrador se ha presentado ya al Ministerio de Medio Ambiente con el objetivo de llegar a las comunidades autónomas antes de final de año. Pasarse al sistema de pago por generación supone revisar ordenanzas y contratos y, sobre todo, elegir un mecanismo para cuantificar la basura por la que se paga. Uno de los sistemas es usar bolsas con códigos de identificación que se depositen en esos contenedores inteligentes con tarjeta de acceso. Es la opción que valora Ecoembes.

Por ahora sólo siete municipios españoles, y todos de escasa envergadura, tienen ese sistema. Son Urubril en el País Vasco, Esporles, Benissalem y Porreres en Baleares y Miravet, Rasquera y Argentona, en Cataluña. Entre todos ellos no llegan a los 40.000 habitantes. Además, el pago por generación también se aplica, pero exclusivamente a comercios en Canet del Mar, Oyarzun y Salamanca.

Bélgica, a la cabeza

Frente al pago por generación (PxG) está el denominado sistema de depósito, devolución y retorno de envases (SDDR) que se utiliza, por ejemplo, en Alemania y sobre todo para envases de bebidas. Aquí, los consumidores compran el producto envasado y pagan el depósito por cada envase al comercio, que se lo reintegra cuando lo devuelven vacío. Desde Ecoembes se entiende que el sistema de pago por generación no impone un cambio de hábitos para el ciudadano español y cubre más residuos en su operativo. Ecoembes pone como ejemplo Bélgica que es el país de la Unión Europea que más recicla y no tiene sistema de depósito.

La entidad Ecoembes calcula que se necesitarán entre uno y dos años para que una ciudad puede hacer efectivo ese nuevo sistema de pago por la basura. Gijón ya se ha colocado en el camino.